Datos del Indec: Tucumán cierra el año con un 11,1% de desempleo

Datos del Indec: Tucumán cierra el año con un 11,1% de desempleo

El flagelo creció 4 puntos desde 2018.

DESEMPLEO. DESEMPLEO. LA GACETA/ ARCHIVO

“Hace ocho meses que busco empleo. No lo encuentro. Me dicen que lo conseguiré cuando la economía mejore. No sé qué pasará”. Humberto camina por la peatonal. “Tira” curriculum en distintas empresas, pero aún no ha sido convocado. El mercado laboral tucumano está tan duro como el resto del país. El tercer trimestre, por caso, ha dejado un incremento del índice de desempleo de poco más de cuatro puntos porcentuales respecto de igual período de 2018. Sí, el ejército de desocupados del Gran Tucumán-Tafí Viejo ha subido de 27.000 a 48.000 personas. En otras palabras, en el último año el flagelo de la falta de trabajo se profundizó con 21.000 nuevos rostros que lo padecen, en su mayoría jóvenes. También es cierto que la población económicamente activa ha crecido de 889.000 a 896.000 personas y que la cantidad de ocupados en el distrito ha mejorado 362.000 a 388.000 casos.

En el último año, la tasa de desempleo tucumana se incrementó del 7% al 11,1%, de acuerdo con los datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Pero el dato más alarmante es que la población demandante de empleo se duplicó en ese período. Durante el tercer trimestre de 2018, unos 50.000 tucumanos que tenían un trabajo buscaban otro para mejorar sus ingresos. Al cierre de septiembre, esa cifra pasó a 103.000 casos. La recesión, la devaluación y la inflación motorizaron la destrucción del poder adquisitivo de una mayor franja de la sociedad que necesita reforzar sus ingresos mensuales en un distrito en el que el salario privado registrado roza los $ 30.000, casi en línea con la canasta básica total (alimentos y servicios) que requiere una familia tipo (matrimonio con dos hijos pequeños) para no caer en situación de pobreza.

Golpe a la juventud

Los indicadores oficiales de la Encuesta Permanente de Hogares  (EPH) del Indec demuestran que el principal aglomerado urbano de la provincia se consolidó como el más afectado por la desocupación juvenil en el NOA. Al observar la fotografía tucumana, el diagnóstico oficial indica que el 20,1% de los jóvenes de hasta 29 años está desocupado, una cifra que duplica al índice general del aglomerado urbano provincial y la tasa de 2018. En el NOA, el desempleo juvenil masculino ha trepado al 14,8, casi cinco puntos porcentuales más que en el tercer trimestre de 2018.

Entre ellas, la desocupación es un problema más profundo. Mientras que en el NOA el desempleo femenino juvenil ha sido del 19,8%, en el Gran Tucumán-Tafí Viejo se ha elevado al 25,4%, un punto más que el año anterior.

Según el Instituto para el Desarrollo Social de la Argentina (Idesa), el contenido de la mayoría de los establecimientos educativos son marginales para la empleabilidad juvenil. Las instituciones laborales potencian la discriminación contra los jóvenes, indica en un reciente reporte. Si bien se contempla el contrato de pasantía, los requerimientos administrativos son muy restrictivos y burocráticos. Esto lleva a que las pocas escuelas y empresas que se atreven a usarlos asignan más esfuerzo al papeleo que a la formación del alumno. Pero lo más grave es que es un contrato de alto riesgo. Si algo del papeleo se entiende incumplido, la pasantía pasa a ser considerada como relación de dependencia no registrada con severas sanciones para la empresa. No aprovechar las pasantías para formar jóvenes en el empleo tiene consecuencias con posterioridad: apenas un 18% de los jóvenes ocupados son como asalariado registrado en una empresa; el resto se ocupa en la informalidad, concluye Idesa.

Un poco más oscuro

La informalidad laboral sigue acechando al NOA. El trabajo en negro es más oscuro que el tercer trimestre de 2018: subió dos puntos, al 43% del total de asalariados existentes en la región.

Tucumán siguió la tendencia. De los 274.000 asalariados existentes en el área metropolitana provincial, unos 124.100 (el 45,3% del total) están en la informalidad; sus empleadores no realizan los aportes previsionales ni esos trabajadores en negro pueden acceder a los beneficios de una obra social.

Salta es el distrito en el que el trabajo no registrado es más notorio. Uno de cada dos trabajadores está en esa situación. Por el contrario, en el aglomerado Jujuy-Palpalá el impacto de ese flagelo laboral ha sido menor: afecta a un 30,5% de los asalariados que residen en esa zona.

47%

de los jóvenes dice que el trabajo ideal es el negocio propio, según la consultora Nielsen.

25,4%

es la tasa de desempleo juvenil femenino en Tucumán. La masculina fue del 20,1%.

A nivel nacional

Desocupación, en un dígito

El Índice de desocupación aumentó a 9,7% al término del tercer trimestre, contra el 9% de igual período del año pasado, informó ayer el Indec. Entre ambas mediciones, la actividad económica en su conjunto bajó 1,7% por la menor producción industrial, y los retrocesos en el sector de la construcción y el consumo, según el Indec. También entre estas dos mediciones, la tasa de actividad, es decir, la cantidad de gente que está en condiciones de trabajar sobre el total de la población, creció al 47,2% desde el 46,7% del año pasado. El organismo informó además que el índice de subocupados demandante, entendidos como los ocupados que trabajan menos de 35 horas semanales por causas involuntarias y están dispuestos a laborar más, alcanzó a 9,5%, frente a 8,3% de 2018.

Los más y los menos

El Gran Buenos Aires, el más castigado

Con un índice promedio del 9,7% de desocupación, el Gran Buenos Aires resultó la región con mayor nivel de desempleo con el 12,1%; el eje San Nicolás-Villa Constitución con el 11,4%; Tucumán con 11,1%; Córdoba 11%, Santa Rosa 10,8%; Ushuaia 10,3% y Mar del Plata 10,2%, según los datos difundidos ayer por el Indec.

Por contrapartida, las menores tasas de desocupación se anotaron en Viedma-Carmen de Patagones con el 2,5%; San Juan con el 3%; Posadas 3,1%; Comodoro Rivadavia con el 4,2%; Formosa 4,3%, y Rio Cuarto 4,5%.

Ante esta situación, el viernes pasado, el presidente Alberto Fernández firmó un decreto de necesidad y urgencia (DNU) que estableció la doble indemnización por 180 días para los despidos sin justa causa.

La mayor suba del año

El registro de noviembre  

El costo de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) registró en noviembre una suba del 6,3%, el mayor aumento del año, y alcanzó los $ 15.098,79 para una pareja con dos hijos de seis y ocho años, mientras que la Canasta Básica Total (CBT) subió 5,5%, con lo cual una familia necesitó alcanzar los $ 37.596 para no caer debajo de la línea de la pobreza, informó el Indec. La CBA, que reúne la cantidad mínima de comida para la subsistencia, y que marca el umbral por debajo del cual se cae en la línea de indigencia, acumuló en los últimos 12 meses un alza de 49,2%, al igual que la CBT. Esta última canasta reúne además de una cantidad mínima de alimentos y bebidas, una cantidad indispensable de indumentaria y el pago de transporte, para no caer por debajo de la línea de pobreza. La última medición del Indec, dada a conocer en octubre, registró que el 35,4% de los habitantes son pobres, y, dentro de ellos, el 7,7% son indigentes. Antes de que se difundieran los datos del Indec, el presidente Alberto Fernández aseguró que “cuatro de cada 10 argentinos han caído debajo de la línea de pobreza”, y señaló que “si no revertimos esa situación va a ir creciendo”.

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