Una obra de Beckett explora la soledad y la decadencia

Una obra de Beckett explora la soledad y la decadencia

“La última cinta de Krapp”, a cargo de un elenco catamarqueño, se presenta en única función. Aniversario de su premio Nobel.

EN ESCENA. Alejandro Andreux, un experimentado intérprete catamarqueño, es el único protagonista. prensa EN ESCENA. Alejandro Andreux, un experimentado intérprete catamarqueño, es el único protagonista. prensa

Descripta como “un drama en el que nada ocurre”, la obra de Samuel Beckett “La última cinta de Krapp” es capaz de mantener al espectador “pegado a la silla”, según afirmó el crítico Vivian Mercier luego del estreno en 1958 de este monólogo que fue una de las últimas creaciones del dramaturgo irlandés. Hoy a las 22, en La Sodería (Juan Posse 1141), se pondrá en escena en única función, a cargo de la Cía. Argentina de Teatro Menor, de Catamarca, en coproducción con la Compañía E, de Buenos Aires.

Con Alejandro Andreux como protagonista, bajo la dirección de Leandra Rodríguez, esta versión se estrenó en Catamarca, en agosto, en coincidencia con el 50 aniversario de que Beckett fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura.

Lo que sucede sobre el escenario son breves momentos de la vida de un personaje llamado Krapp que -como en todas las construcciones dramáticas de Beckett, a quien se considera uno de los padres del teatro del absurdo – muestran algunos de los comportamientos de los que son capaces los seres humanos frente a la soledad y la decadencia.

Callejón sin salida

“Para la mayoría de la gente, el silencio en la conversación supone un callejón sin salida del pensamiento. Para Beckett constituye una hábil arma y un retiro familiar. Parece cubrirse con él cuando lo desea, como si se tratara de su abrigo favorito” afirmó el investigador británico Tom McGurk. Samuel Beckett recibió el Nobel en 1969, dos décadas antes de su muerte en París por enfisema pulmonar. La Academia Sueca le otorgó el máximo galardón “por su escritura, que -en las nuevas formas de la novela y el drama- en la miseria del hombre moderno adquiere su elevación”.

Esta tercera propuesta de la Cía. Argentina de Teatro Menor, cuenta con Maximiliano Reynoso en la dirección técnica, la directora Rodríguez en la concepción de espacio escénico y lumínico, Julieta Milea en la producción sonora, Susana Zilbervarg en diseño de vestuario y maquillaje, la artista plástica catamarqueña Marina Cubas en la realización escenográfica y Tití Suárez en la de vestuario, Gustavo Demaría Molinari en la fotografía, Juan Moyano en video y Gabriela Borgna en la producción ejecutiva.

Breve gira

La presentación de este monólogo traducido por el poeta español Jenaro Talens Carmona se estrenó en Catamarca el 16 de agosto y luego de completar una primera serie de ocho funciones inicia - en Tucumán primero y La Rioja el último sábado de octubre - una breve gira antes de volver a la escena de la capital catamarqueña.

Un actor destacado

El único intéprete, Alejandro Andreux, es un actor de larga trayectoria en el teatro de Catamarca, formó parte del primer elenco de la Comedia Municipal y de grupos emblemáticos como Martín Pescador y El Taller. En 2016 se integró a la Cía. Argentina de Teatro Menor con la que actuó en Otelo de William Shakespeare y a la que codirigió con Manuel Maccarini en “Una mañana sin sol” de Héctor Oliboni en 2018.

La directora Leandra Rodríguez es una especialista en Beckett, del que lleva ya cuatro montajes, además de ser docente de la Universidad Nacional del Arte (UNA) y de la Diplomatura en Escenotecnia del Instituto Nacional del Teatro. Por varios de sus trabajos de diseño de iluminación recibió los Premios Florencio Sánchez y María Guerrero.

“La última cinta de Krapp” cuenta con subsidio a la producción del Instituto Nacional del Teatro y fue declarada de “Interés Cultural” por la Secretaría de Educación, Cultura y Deporte del municipio de la capital catamarqueña.

ACTÚA HOY

• A las 22 en La Sodería, Juan Posse 1141.

Poética de la imagen: un autor que es pesimista sobre la condición humana

La obra de Samuel Beckett (1906-1989) se caracteriza por una atmósfera sombría y tendente al minimalismo y, de acuerdo con ciertas interpretaciones, profundamente pesimista acerca de la condición humana. De esta forma, con el tiempo sus libros se hicieron progresivamente más crípticos y breves. El pesimismo de Beckett viene, sin embargo, atemperado por un particular sentido del humor, entre negro y sórdido.  Abolió a la palabra como medio de expresión artística y creó una poética de imágenes, tanto escénica como narrativa.

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