Un debate preelectoral al ritmo de los nacionalismos

Un debate preelectoral al ritmo de los nacionalismos

Sánchez, Iglesias, Casado y Rivera delinearon las trincheras entre la derecha y la izquierda. El conflicto catalán, en primer plano Los candidatos a jefe de Gobierno se midieron dos veces en 24 horas.

SEGUNDO. Iglesias, Casado, Rivera y Sánchez llegan al estudio de televisión. Reuters SEGUNDO. Iglesias, Casado, Rivera y Sánchez llegan al estudio de televisión. Reuters
24 Abril 2019

MADRID, España.- Los cuatro principales candidatos a la presidencia del gobierno de España volvieron a encontrarse ayer, en el segundo y último debate electoral de campaña, tras dejar marcada la separación entre bloques, de izquierda y derecha, que se diputan el poder, el domingo, en las urnas.

A tan solo 24 horas del “primer round” televisivo, en el que no hubo un vencedor claro pero en el cual quedaron reflejadas las preferencias sobre futuras alianzas, el socialista Pedro Sánchez (PSOE), el conservador Pablo Casado (PP), el liberal Albert Rivera (Cs), y el progresista Pablo Iglesias (Podemos), regresaron al ring ayer para quemar sus últimas cartas.

Los diarios españoles reflejaron cómo se delinearon las trincheras. “Las derechas estrenan la pinza contra Sánchez” (El Periódico), “PP y Ciudadanos ensayan su alianza para atacar a Sánchez” (La Vanguardia), “Sánchez salva el debate y Rivera no logra imponer el tema catalán” (El País), o “Rivera desafía a Casado y ambos baten a un Sánchez desbordado” (El Mundo), fueron algunos de los titulares.

Las elecciones generales del 28 de abril, que se presentan como las más inciertas desde el regreso de la democracia, se están jugando más en el terreno emocional, de la identidad, a raíz del conflicto secesionista catalán, que en el racional, dejando en segundo plano cuestiones cruciales como la economía.

Las posiciones de los candidatos tanto respecto al tema catalán como al económico, han profundizado la fractura entre los bloques que aspiran y tienen posibilidades -uno más que otro- de gobernar.

Sánchez intentó llevar el debate al terreno social y dijo que, con la llegada del PSOE, se puso rumbo a una España de justicia social y de limpieza, que desterró la corrupción.

El conservador Casado y el liberal Rivera acusaron a Sánchez de ser un peligro para la unidad de España, por haberse aliado con los secesionistas catalanes.

El PSOE de Sánchez lidera los sondeos pero no obtendría la mayoría para gobernar en solitario, de ahí que necesitaría el apoyo de Unidas Podemos, de Iglesias, que aseguró que estará de su lado. Para ser investido presidente también necesitaría socios minoritarios, sean los independentistas o nacionalistas vascos.

Existe la posibilidad de que los tres partidos de la derecha logren mayoría, ante el elevado número de indecisos (el 40%), y el crecimiento del ultraderechista Vox, que no participó del debate, pero que será clave en los comicios.

“La única formación que puede frenar a las tres derechas es el PSOE”, aseguró Sánchez, ante la arremetida de Casado y de Rivera. “Creía que (el presidente estadounidense Donald) Trump no iba a ganar, y ganó; que el Brexit no iba a pasar, y pasó. Y pensaba que Ciudadanos no iba a pactar con la ultraderecha, y pactó. Y la ultraderecha en este país es temible”, advirtió Sánchez, apocalíptico.

Casado se mostró magnánimo con el candidado de Ciudadanos: “Usted no es mi adversario”, le dijo a Rivera, quien intentaba mostrarse como el líder de la derecha.

Iglesias advirtió de que la fragmentación política es una realidad y que “se acabaron los gobiernos de partido único”. Por eso tendió la mano a Sánchez para un Ejecutivo de coalición. (Télam-Especial)

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