Un prólogo para los años violentos

Un prólogo para los años violentos

Reconstrucción de la etapa previa al golpe del 76.

MOVIMIENTOS POPULARES. Los 70 se inician en los últimos años de Onganía en la “Revolución Argentina”, con el ciclo de revueltas como el Tucumanazo. LA GACETA / ARCHIVO MOVIMIENTOS POPULARES. Los 70 se inician en los últimos años de Onganía en la “Revolución Argentina”, con el ciclo de revueltas como el Tucumanazo. LA GACETA / ARCHIVO
24 Marzo 2019

HISTORIA

PRIMAVERA SANGRIENTA

MARCELO LARRAQUY

(Sudamericana – Buenos Aires)

Los resultados de las elecciones del 11 de marzo de 1973 fueron recibidos por la población con una mezcla de euforia, expectativa e incertidumbre. La victoria del peronista Héctor Cámpora se vivió, según Marcelo Larraquy, como “la consumación de una utopía. Una realización luminosa. Una primavera”. Sin embargo, la nueva etapa democrática que se abría, simbólicamente, con la toma del penal de Villa Devoto y la salida de los presos políticos, dejaba en claro que las tensiones seguían vigentes y funcionaba como una invitación a releer de modo menos indulgente los años “sangrientos” comprendidos entre 1970 y 1973. La crónica de los sucesos también resuena en los fragmentos de entrevistas realizadas por el autor a veintidós protagonistas de la época.

Guerrilla y represión

Los setenta se inician en los últimos años de Onganía al frente de la “Revolución Argentina”, con el ciclo de revueltas populares (Cordobazo, Tucumanazo), con los asesinatos del general Aramburu y del sindicalista Vandor, o la toma del pueblo de la Calera. Adquieren cada vez más protagonismo grupos guerrilleros como las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias), FAL (Fuerzas Argentinas de Liberación), el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) y Montoneros, decididos a interpelar a la dictadura por medio de la violencia. Se suceden los asaltos a bancos y camiones blindados, secuestros extorsivos resonantes como el de los empresarios Stanley Sylvester y Oberdán Sallustro, o asesinatos de militares en actividad. Larraquy traza una síntesis del surgimiento de las agrupaciones guerrilleras en la Argentina, pero sorprende la elipsis sobre los “Uturuncos”, que aparecen en Tucumán en octubre de 1959 y que el grupo guerrillero de 1968 haya sido desbaratado en Taco Ralo, a la que ubica en la “provincia de Santiago del Estero” (!).

Como bien destaca Ricardo Rodríguez Molas, a lo largo del siglo XX los secuestros y torturas se convierten en las herramientas paradigmáticas para encarar la represión. En estos años, se aplica la Doctrina de Seguridad Nacional, se crea la Cámara Federal Penal Nacional (“Camarón”) para juzgar acciones armadas y guerrilleras, a lo que se suma la inquietante aparición de grupos parapoliciales y clandestinos como el “Comando Puma”.

Se hace evidente entonces que la espiral de violencia se había tornado incontrolable y que ni siquiera la “primavera camporista” suponía un interregno antes de la hojarasca de las ilusiones perdidas y el invierno de los años sombríos por venir.

© LA GACETA

MÁXIMO HERNÁN MENA

PERFIL

Marcelo Larraquy es historiador, graduado en la Universidad de Buenos Aires, y periodista. Fue jefe de la sección de Investigaciones de Clarín, trabajó en la revista Noticias y en el diario Crítica. Ganó dos premios Konex a la investigación periodística. En 2017 publicó el exitoso Argentina. Un siglo de violencia política, que reúne y amplía su trilogía Marcados a fuego. Antes había editado Código Francisco y Recen por él. Es coautor de Galimberti. De Perón a Susana. De Montoneros a la CIA, y autor de Fuimos soldados. Historia secreta de la contraofensiva montonera.

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