“Sólo el 4% de los chicos que pasan por una institución es adoptado”

“Sólo el 4% de los chicos que pasan por una institución es adoptado”

Bajó casi un 40% la cantidad de menores internados en hogares tucumanos.

GORETTI. Uno de los institutos de menores que funciona en Tucumán. ARCHIVO GORETTI. Uno de los institutos de menores que funciona en Tucumán. ARCHIVO
16 Diciembre 2018

Desde 2011 hasta el año pasado la cantidad de menores tucumanos institucionalizados disminuyó casi un 40%. Entonces había 362 chicos en hogares y ahora hay 211, de acuerdo con el relevamiento que hicieron en forma conjunta Unicef y la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf).

Siempre es buena noticia que se haya reducido la cantidad de menores institucionalizados. Aunque vale hacer una aclaración: esa disminución no fue el resultado de que hayan aumentado las adopciones, sino de un trabajo que se viene realizando desde hace tiempo para revincular cada vez más a los niños y adolescentes con su familia de origen.

Según el estudio del Senaf desde 2014 hasta el año pasado bajó un 50% la cantidad de adopciones. En la actualidad, a nivel nacional, solo un 4% de los chicos que egresan de instituciones es adoptado. El mismo porcentaje de jóvenes deja las instituciones porque cumple la mayoría de edad. El 91,7% de los que se van vuelven con sus familias.

Sandra Tirado, secretaria de Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de Desarrollo Social, cuenta cómo es la realidad de Tucumán: en la actualidad aproximadamente en el 70% de los casos de menores internados se busca que vuelvan a sus casas o con familias ampliadas; por ejemplo, algún tío o abuelo que pueda hacerse cargo. El 30% restante son situaciones extremas de chicos que no pueden regresar a sus hogares. Ellos quedan en situación de adoptabilidad. Si tienen menos de cinco años lo más probable es que encuentren familias adoptivas. “Después de esa edad -y mucho más cuando superan los 12 años- es muy difícil que los adopten. Entonces, en ellos se trabaja para que vayan logrando una autonomía progresiva. Es decir, se los ayuda a encontrar un proyecto de vida porque que al cumplir 18 años deben dejar los hogares”, cuenta.

Con ese objetivo, desde hace dos años funciona en El Manantial la “Casa de Medio camino”. Es una vivienda en la que conviven cinco jóvenes que están a punto de alcanzar la mayoría de edad. Antes de independizarse totalmente, conseguir un trabajo y un lugar donde establecerse, tienen la ayuda del Estado.

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