La sostenibilidad llegó a los productores paperos

> INTA TUCUMÁN

Un grupo de 30 productores asociados a la Cooperativa La Tipa Ltda, que cuentan con una larga trayectoria de trabajo junto a la Agencia de Extensión Rural Aguilares del INTA, lograron fortalecer su actividad productiva en el cultivo de papa en el marco de los Proyectos Especiales de Pro Huerta, financiados por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

La experiencia se inició en el año 2017, con el objetivo de trabajar en líneas de acción que permitan disminuir los costos de producción, mediante la adquisición de maquinaria agrícola, reducir las pérdidas de productividad de los suelos por causas de erosión, mejorar la eficiencia de cosecha, incorporar semillas fiscalizadas del cultivo y sumar productos de bajo impacto ambiental (bioinsumos), que son amigables con el ambiente y la salud del grupo familiar que realiza la aplicación.

Avanzadas estas actividades a lo largo del año, con el asesoramiento técnico de los profesionales de la Agencia de Extensión Rural Aguilares del INTA y la Secretaría de Agricultura Familiar, Coordinación y Desarrollo Territorial (Safcydt), los productores lograron incrementar la producción de ‘papa primicia’. “Si tomamos como línea de base la campaña anterior, cuyos rindes fueron de 1.100 bolsas/ha, en promedio, en la campaña 2017 se obtuvieron rendimientos de 1.300 bolsas/ha”, aseguró el ingeniero Héctor Sosa del INTA.

En cuanto a la adopción de bioinsumos, el ingeniero Rubén Alfredo Cancelos, de la Safcydt, señaló que los 30 productores involucrados en el proyecto, es decir el 100%, están utilizando bioinsumos con un alto grado de aceptación.

Los costos de producción, un punto central, también se vieron reducidos con la adquisición de maquinaria propia y adecuada: una arrancadora de papa con sistema de zaranda que, además, conserva el suelo. Es importante considerar que, antes, debían contratar servicios externos de cosecha, que cuentan con arrancadoras a disco. “Tomando como referencia que el costo de producción rondó alrededor de los $ 103.000/ha, el uso de la maquinaria propia permitió disminuirlo en un 3,78%, equivalente a 
unos $ 3.900/ha. Además, se generaron beneficios ambientales relacionados con la conservación del suelo ya que, a diferencia de los equipos a disco, los sistemas con zaranda reducen su degradación o erosión”, explicó el ingeniero Oscar Roldán del INTA.

En este sentido, aclaró que en la zona no se cuenta con un parque de maquinarias que realice la labor de cosecha de manera eficiente y sustentable, evitando la pulverización del suelo y la correspondiente degradación por erosión hídrica, principalmente, potenciada por la pendiente de la mayoría de los lotes característicos del lugar.

Las precipitaciones estivales se generan, precisamente, entre los meses de octubre y marzo, coincidiendo con las etapas de cosecha y postcosecha.

“Con este proyecto hemos capitalizado nuestra cooperativa y, además, cada uno de nuestros asociados ha ahorrado aproximadamente $ 4.000/ha en el pago de servicios de cosecha.”, expresó el productor Augusto Correa, presidente de la Cooperativa La Tipa, en agradecimiento al apoyo recibido por parte de Desarrollo Social de la Nación y el INTA.

Otro de los logros, resaltado por Sosa, fue la formación de productores calificados no sólo en el trabajo de la cadena de valor, sino también con una visión de territorio, integrando conocimientos, ventanas de financiamiento y articulaciones locales productivas, económicas, sociales, educativas y culturales.

Por último, el jefe de la AER Aguilares destacó que “la fortaleza del proyecto es la articulación interinstitucional entre el INTA, la Secretaria de Agricultura Familiar (Ministerio de Agroindustria), el Ministerio de Desarrollo Social y las Comunas Rurales de la zona, que logró llevar adelante un diagnóstico participativo y concretar un proyecto especial con enfoque sostenible y sustentable, eficientizando cada eslabón de la cadena de valor dentro de las dimensiones productivas, ambientales y sociales de los productores”.