La fe de la tucumana que hoy tenía que casarse con un tripulante del ARA San Juan: "lo sigo esperando"

La fe de la tucumana que hoy tenía que casarse con un tripulante del ARA San Juan: "lo sigo esperando"

La joven, de Tafí del Valle, iba a dar el sí junto a Luis Niz, uno de los 44 submarinistas que están a bordo de la nave.

TIEMPO ATRÁS. Luis y Alejandra, juntos en Mar del Plata. FOTO DE FACEBOOK.
TIEMPO ATRÁS. Luis y Alejandra, juntos en Mar del Plata. FOTO DE FACEBOOK.
07 Diciembre 2017

Hoy, 7 de diciembre, Luis Niz, uno de los integrantes más jóvenes de la tripulación que subió al ARA San Juan, y su novia, Alejandra Morales, una tucumana oriunda de Tafí del Valle, tenían cita en el registro civil de Mar del Plata para dar el sí. Pero su historia se puso en pausa el miércoles 15, cuando la base de la Armada recibió la última comunicación que se conoce hasta el momento del buque, en el que iban además otros 43 submarinistas.

Durante este tiempo, Alejandra logró mantenerse al margen de los flashes, de los micrófonos, las cámaras y evitar las entrevistas. "No quiero hablar de él en pasado porque yo aún lo espero", dejó saber en un breve diálogo con el portal Infobae, en el que no quiso dar más detalles.

El papá del submarinista tampoco pierde la esperanza. "Dios quiera que Alejandra vaya a ser la esposa de mi hijo, porque todavía mantenemos la esperanza", dijo el papá del submarinista, mientras afirmaba el ministro de Defensa de la Nación, Oscar Aguad, afirmaba que los tripulantes del ARA San Juan "estaban todos muertos".

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"No quiero bajar los brazos, no quiero perder la fe, tengo la esperanza de que están bien", contó Luis Antonio Niz.

El año pasado Luis, de 27 años, cabo primero, nacido en San Miguel, tuvo el mejor promedio en el curso de submarinista. En los dos años que hace que navega en el San Juan, es probable que nunca se haya subido con tantas ganas de volver como el 13 de noviembre pasado.

Alejandra es de Tafí del Valle, una apasionada de la música y parte de la banda de la Armada. Por estos días no da notas, no habla demasiado, sigue de cerca las noticias, agradece las muestras de afecto, pero por sobre todas las cosas, lo espera.

Los dos viven en una casa que alquilan en Mar del Plata, como la mayoría de los tripulantes del San Juan, acostumbrados a instalarse en el destino al que los lleva su trabajo en la Armada Argentina. Desde que se supo de la desaparición del submarino viajaron desde Capilla del Señor, donde viven, la mamá de Luis, Ester, y una de sus hermanas, Sofía.

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También está la mamá de Alejandra, que recorrió más de 1600 kilómetros desde Tucumán, para estar con su hija. Ninguna habló con los medios en estos días.

Son varias las familias que hoy como el papá de Luis se unen en un solo pedido que apunta al gobierno nacional y a la Armada: que no se abandone la búsqueda de los 44.

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