08 Agosto 2017
PRONTO A LLEGAR. Luis Fonsi actuará el 28 en Central Córdoba.
“Despacito” volvió a batir un récord este domingo. El superéxito de los puertorriqueños Luis Fonsi y Daddy Yankee superó los 3.000 millones de visitas en YouTube en tan sólo siete meses. El tema de reggeaton se baila desde hace meses en todo el mundo. La canción también es la más reproducida de la historia en las plataformas de streaming y lleva 12 semanas en el número 1 de la lista estadounidense Billboard Hot 100.
Fonsi traerá su arrasador hit a Tucumán el 28 de este mes, con un show en el club Central Córdoba, como escala de su gira internacional Love and Dance Tour.
Más allá del contenido sexual o erótico de la canción, “Despacito” ha roto fronteras y se ha impuesto también en Estados Unidos, un país cuyo presidente, Donald Trump, menosprecia a los latinoamericanos. El reggaeton hunde sus raíces en Jamaica y ya hace mucho que enloquece a la gente en las pistas de baile de América Latina y España. En Estados Unidos le costó más entrar, hasta que Daddy Yankee publicó “Gasolina” en 2004. Pero a estas alturas el reggaeton parece haber llegado para quedarse al mundo anglosajón.
“Despacito” sigue una tendencia, asegura Petra Rivera-Rideau, que estudia la identidad y la cultura pop en Latinoamérica en el Wellesley College de Massachusetts. “Hay muchos cantantes pop latinos -como Enrique Iglesias, Shakira o Ricky Martin- que están en EEUU desde hace tiempo y que últimamente han integrado el reggeaton en su música”, explicó en una entrevista con la revista Atlantic.
Para Rivera-Rideau, lo increíble es que el boom se haya desatado con Fonsi y no con alguien como Iglesias, al que el público estadounidense y de habla inglesa conoce mejor. Parte del éxito puede deberse a la estrella canadiense Justin Bieber, que versionó el tema con una intro en inglés. Esa colaboración supuso el salto a la moda latina de uno de los cantantes de pop blancos más conocidos en Occidente. Aunque Fonsi va ya por su octavo disco, a menudo parece que ha sido Bieber quien lo ha descubierto, lamenta la Rivera-Rideau.
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