11 Noviembre 2016
Acorralado por la Policía, esta semana se presentó el segundo de los implicados en el asesinato de José María Papa, el muchacho que se resistió a un asalto en “La Bombilla” y recibió un tiro mortal en el pecho.
El hecho ocurrió el 30 de julio en Thames al 1.200. Si bien al principio se barajaban varias hipótesis, con el correr de la investigación los efectivos de la división Homicidios -a cargo de los comisarios Hugo Cabezas y Sergio Juárez- llegaron a la conclusión de que la víctima fue interceptada por tres hombres ese día. Uno de ellos le apuntó con un arma de fuego mientras los otros le quitaban el celular y la billetera. Cuando le exigieron la motocicleta en la que circulaba, Papa se habría resistido y allí, uno de ellos le habría disparado. El muchacho recorrió 40 metros en su rodado haciendo zig zag hasta que cayó a la vereda, muerto. Un vecino lo cargó en su camioneta y lo llevó al Centro de Salud, pero los médicos no pudieron hacer nada por él.
La punta del ovillo
Un llamado anónimo a la Policía les brindó información invaluable. La voz de una mujer que jamás se identificó les dijo los nombres de los tres implicados. La fuerza fue tras ellos y el primero en caer fue un menor de edad, que admitió haber estado en el lugar e implicó a sus dos cómplices.
Al segundo, -el que se presentó el miércoles, y que tiene 18 años- llegaron a través del teléfono de la víctima. El ladrón se lo dio a su madre y del celular comenzaron a salir llamadas a un teléfono con característica de Buenos Aires. Hasta allí había viajado el implicado para esconderse. Antes de que fuera hasta esa provincia una comisión a detenerlo, volvió y se presentó junto con su abogado.
Ante la Justicia, declaró que era inocente. Juró que ese día estaba volviendo de trabajar cuando se encontró con el asalto a Papa, y señaló al único prófugo como el autor del disparo mortal. Sin embargo, quedó detenido, acusado de homicidio.
El hecho ocurrió el 30 de julio en Thames al 1.200. Si bien al principio se barajaban varias hipótesis, con el correr de la investigación los efectivos de la división Homicidios -a cargo de los comisarios Hugo Cabezas y Sergio Juárez- llegaron a la conclusión de que la víctima fue interceptada por tres hombres ese día. Uno de ellos le apuntó con un arma de fuego mientras los otros le quitaban el celular y la billetera. Cuando le exigieron la motocicleta en la que circulaba, Papa se habría resistido y allí, uno de ellos le habría disparado. El muchacho recorrió 40 metros en su rodado haciendo zig zag hasta que cayó a la vereda, muerto. Un vecino lo cargó en su camioneta y lo llevó al Centro de Salud, pero los médicos no pudieron hacer nada por él.
La punta del ovillo
Un llamado anónimo a la Policía les brindó información invaluable. La voz de una mujer que jamás se identificó les dijo los nombres de los tres implicados. La fuerza fue tras ellos y el primero en caer fue un menor de edad, que admitió haber estado en el lugar e implicó a sus dos cómplices.
Al segundo, -el que se presentó el miércoles, y que tiene 18 años- llegaron a través del teléfono de la víctima. El ladrón se lo dio a su madre y del celular comenzaron a salir llamadas a un teléfono con característica de Buenos Aires. Hasta allí había viajado el implicado para esconderse. Antes de que fuera hasta esa provincia una comisión a detenerlo, volvió y se presentó junto con su abogado.
Ante la Justicia, declaró que era inocente. Juró que ese día estaba volviendo de trabajar cuando se encontró con el asalto a Papa, y señaló al único prófugo como el autor del disparo mortal. Sin embargo, quedó detenido, acusado de homicidio.
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