Reciclaje: Yerba Buena no se da por vencida

Reciclaje: Yerba Buena no se da por vencida

Evalúan un plan de gestión de residuos. Un ambientalista insta al municipio a "tomar la decisión política". Campero promete que cerrará el basural de El Bernel.

CAMBIAR HÁBITOS. Los yerbabuenenses están diseñando un proyecto de separación de la basura en origen. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO. CAMBIAR HÁBITOS. Los yerbabuenenses están diseñando un proyecto de separación de la basura en origen. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO.

El reciclaje es una manera de comprender el mundo, de cuidarlo, de pensar en nuestros hijos y en sus hijos. Es ser responsables. Es neutralizar la cultura del descarte (menudo empeño). Es saber que las sobras de un guiso y una botella de agua mineral no deben irse afuera en la primera bolsa que encontramos. En Yerba Buena, tal vez, esa cosmovisión pueda convertirse en un asunto cotidiano. Luego de unos experimentos -que no lograron sostenerse- diagraman un nuevo plan de gestión de desechos.

La noticia se oye interesante si se considera que la basura constituye un desafío para la ciudad pedemontana, pues no todos sus habitantes se benefician con la prestación diaria de la recolección. Aunque el camión recolector debería pasar de lunes a sábado, en ocasiones eso no sucede. Entonces, la mugre se acumula en los terrenos baldíos, en las calles y hasta dentro de los canales pluviales. Para completar la escena, los residuos verdes van a un vertedero controlado y a cielo abierto, donde no reciben tratamiento adecuado.

Ante este panorama, Diego Zamora -secretario de Medio Ambiente y Servicios Públicos- dice que el área que conduce trabaja en un anteproyecto de separación en origen, que podría implementarse a corto plazo. ¿En qué consiste ese borrador? De concretarse como lo vienen pensando, seleccionarán unos 200 grandes generadores de residuos, entre los que habrá locales comerciales y barrios cerrados.

Los participantes deberán sacar bolsas diferenciadas. Los plásticos, vidrios y cartón irán en un costal aparte, y aguardarán que se los lleve el camión de restos reutilizables. La iniciativa dispone que se emplee a trabajadores de cooperativas, que serán los encargados de hacer la selección o limpieza de lo recogido. Esas tareas se efectuarán en un centro de reciclaje, que la Municipalidad habilitará en un predio propio. La pregunta que surge ahora es: ¿de dónde sacarán las máquinas necesarias?

En este punto surge el nombre del empresario Daniel Castillo, el dueño de Castillo Reciclados. En 2001, este hombre se armó con un camión y una prensa para separar y compactar. Durante un tiempo recogió desechos que se juntaban en los mercados de reciclaje yerbabuenenses. Pero al cabo, los números dejaron de cerrarle. “Fue debido a los altos costos operativos”, dice él.

Hoy, analiza retomar el negocio de la mano del municipio. De prosperar las conversaciones, él comandaría esa planta de compactación y trituración de plásticos, cartones y vidrios.

Y si de residuos se trata, podría decirse que Celeste Vales tiene experiencia: integró la mesa de gestión que, desde junio de 2012 hasta mediados de 2015, implementó un plan piloto de clasificación de residuos en esta comarca. De ese proyecto participaron hasta 10 urbanizaciones cerradas.

Por ello, está convencida de que es posible. De que hay conciencia. De que si se pudo una vez, ¿por qué no otra? “No es una utopía. Yerba Buena está lista para la clasificación. Es el momento justo para dar el salto”, asegura.

Entonces, ante su convicción, se le pregunta por qué considera que la alternativa es viable si (y por qué), justamente, fracasó antes. Por un lado -responde- la cantidad de countries y de barrios cerrados facilita la recolección. Por el otro -prosigue- los ciudadanos han demostrado un alto grado de responsabilidad por el medio ambiente.

“Hay mucha gente dispuesta a clasificar, pero no sabe cómo. Pudimos comprobarlo durante el plan piloto, pero tuvimos que suspenderlo porque Castillos Reciclados dejó de recibir los plásticos”, añade, en respuesta al segundo interrogante.

Otra actitud

Ignacio Giest -de la fundación ProYungas- cree que los ciudadanos suelen delegar mucha responsabilidad en la Municipalidad. “Deberíamos, en cambio, hacernos cargo del lugar donde vivimos. Tenemos que involucrarnos. Es necesario que haya un cambio de actitud”, opina.

Giest realiza para ProYungas labores de creación de contenidos, y administra el perfil en Facebook “Yerba Buena sin basura”, un grupo con casi 500 miembros que busca generar acciones de compromiso. En pos de ese objetivo, considera que se podría implementar la separación en origen. “La gente está lista para empezar a reciclar”, estima.

- ¿Qué le hace pensar que el sistema funcionará?

- Hoy, la problemática de la basura es una de las tres más preocupantes en este municipio. Pienso que vamos a hacer el esfuerzo necesario. La gente va a acompañar el intento.

El cesto de Sebastián

Si de compañía se trata, Sebastián Simonero parece capaz, más bien, de abrir el camino. Este vecino de El Corte construyó un basurero ecológico y diferenciado, y lo colocó al frente de su casa. “Es un mensaje para el Gobierno: en esta zona, los vecinos estamos listos para separar”, arriesga.

Y para quienes se sientan listos, este sábado se hará una nueva jornada de canje ecológico, en la plaza del barrio Telefónico. Se pueden acercar desde las 17. A cambio de papel, cartón, botellas plásticas o de vidrio, eco ladrillos y envases de tetrapak, les entregarán un plantín floral. La actividad es organizada por el municipio, ProYungas y Bosque Modelo Tucumán.


PUNTO DE VISTA
 
Tenemos las herramientas
JUAN MANUEL PRADO IRACHET - Federación de ONGS Ambientalistas de Tucumán
El vecino pretende que le retiren los residuos cuando él los saca a la vereda, y que le limpien las calles a medida que él las ensucia. Y si eso es gratis, mejor. El Gobierno, envuelto en conflictos políticos, trata de quedar bien parado, ante la obligación que le compete. La empresa concesionaria intenta, parcialmente, sostener y hacer crecer un negocio que ha demostrado ser ineficiente e incapaz de llevar adelante los diferentes contratos. Excepto en el caso de Yerba Buena y de algún otro, se los rescindieron. No obstante, existen las herramientas para estructurar un plan de gestión de los residuos sólidos urbanos racional, posible y eficiente.




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