La economía se quedó sin vuelto

La economía se quedó sin vuelto

La masa monetaria, que incluye los billetes y las monedas que circulan en poder del público y de las entidades financieras, se expandió el 18% interanual en julio, según el Banco Central. Sin embargo, escasean los valores de baja nominación, necesarios para transacciones cotidianas, como comprar en un quiosco o pagar un viaje en taxi.

EFECTO. La falta de billetes de baja nominación y de monedas perjudica operaciones de montos menores, y provoca el “redondeo”, en el que alguien pierde.  eleconomista.net EFECTO. La falta de billetes de baja nominación y de monedas perjudica operaciones de montos menores, y provoca el “redondeo”, en el que alguien pierde. eleconomista.net
“Si encontrás un billete de dos pesos, sacale una foto”, afirma el taxista. “Si tenés justo, mejor”. “¿Te puedo dar un caramelo por la moneda?”. “Estoy sin cambio”. “No tengo más más chico”. Quiosqueros, taxistas, cajeros del súper y consumidores. Todos por igual se santiguan al momento de concretar las transacciones diarias por temor a no poder pagar o a no tener cambio para el vuelto. En su informe monetario de julio, el Banco Central (BCRA) precisa que $ 7 de cada $ 10 que circulan por la economía están en poder del público. Pero, ¿por qué cuesta tanto conseguir billetes de baja nominación para pagar y para entregar el cambio? Según la autoridad monetaria, circulan 4.255 millones de billetes en poder del público y en los bancos. De este total, el 63% (2.701 millones) corresponde a los billetes de $ 100, cuya emisión aumentó en $ 457 millones entre julio de 2013 y julio de este año. Este escenario es resultado de una expansión de la masa monetaria que, según el BCRA, creció en julio el 18% interanual.

Especialistas consultados por LA GACETA coinciden en que la expansión del dinero circulante, tanto en la economía diaria como en las entidades, se debe a la política de emisión monetaria que lleva adelante el Gobierno nacional, para financiar el déficit fiscal generado por el gasto público. El reporte del BCRA señala, además, que la masa monetaria registró el mes pasado un total de $ 383.944 millones, es decir 4,9% más que en junio, que finalizó con $ 366.004 millones en circulación. Del total de la base de dinero de julio, $ 266.741 millones corresponden a billetes y monedas en poder del público. Aquí, la variación mensual es del 7%, mientras que en el cálculo interanual asciende al 17,7%.

Los violetas son más
Los billetes de $ 100, que circulan en la calle con la cara de Julio Argentino Roca o de Eva Perón, representan el 63% del circulante en billetes, según el BCRA, seguidos por los de $ 2, que alcanzan el 11% del volumen de dinero en poder público y de los bancos. Detrás se ubican los de $ 5 (8,1%), los de $ 50 (8%), los de $ 10 (7,7%) y los de $ 20 (1,8%). Para las transacciones de la economía cotidiana, los billetes más requeridos son los de valores más bajos, en especial por los comerciantes o los taxistas que necesitan dar vueltos.

El reporte monetario refleja que los valores que más se imprimieron durante el período analizado fueron los de $ 20 (57%), seguidos por los de $ 100 (20%), por los de $ 5 (14%) y por los de $ 2 (11,2%). En tanto, los que redujeron su volumen de circulación fueron los de $ 50 (-6,1%) y los de $ 10 (-4%).

El economista Mariano Lamothe, gerente de Análisis Económico de la consultora Abeceb.com, explica que los billetes de baja nominación perdieron valor a causa de la inflación. Además, agrega que la gran mayoría de los consumidores que concretan operaciones económicas están bancarizados. “Entonces, cuando van a los cajeros a buscar dinero para ir al súper, por ejemplo, siempre obtienen billetes grandes”, subraya. El especialista asegura que el predominio de valores elevados se debe a la política de emisión monetaria que lleva adelante el Gobierno nacional. “Se imprime dinero para financiar los gastos del Tesoro. Ante un escenario económico con elevada inflación y con déficit fiscal creciente, el Gobierno decide emitir en alta nominación”, sostiene. Entonces, aquí surgen los problemas para las operaciones de la microeconomía, como las compras en el súper o un viaje en taxi. “Con dos años de inflación en el orden del 25%, los consumidores necesitan llevar cinco o seis billetes de $ 100 para hacer una compra chica en el supermercado. Sería bueno que, para estas operaciones, se imprimieran billetes de $ 500”, opinó. En eso coincide el economista Eduardo Robinson. “La falta de billetes de baja denominación dificulta las transacciones de poca monta y, con el redondeo, siempre alguien pierde”, advirtió. Según el experto, también se da en las grandes transacciones bancarias que, por razones operativas, hoy requieren de billetes de al menos $ 200.

Lamothe advierte que los desequilibrios generales de la economía golpean en lo macro, como la emisión monetaria, la inflación, la falta de inversión y el atraso del tipo de cambio. Sin embargo, aclara que también repercuten en lo micro, y esto se refleja en la falta de billetes de baja nominación para dar vueltos. El economista advierte que las grandes cadenas de supermercados también sufren por la falta de cambio, ya que deben gastar más de lo previsto en el transporte de dinero, desde los bancos donde tienen sus cuentas, hasta las sucursales. “El transporte de caudales también se ha encarecido. Los supermercados también necesitan billetes de valor bajo y monedas para las operaciones más pequeñas. Entonces, deben incrementar sus gastos en la logística del dinero”, acota.

Finalmente, Lamothe adelanta que la emisión de billetes por parte del Central seguirá hacia fin de año a un ritmo similar al del primer semestre, porque el déficit fiscal sigue en crecimiento. Sobre este punto, según datos del Ministerio de Economía, las cuentas públicas registraron en junio un déficit fiscal de $ 16.676,6 millones, es decir un incremento del 280% respecto del mismo mes de 2013, cuando el rojo había sido de $ 4.378,7 millones.

cambio chico

la circulación de monedas aumentó un 3% en julio

Al igual que los billetes, la circulación de monedas también se incrementó en la economía. Según datos del Banco Central de la República Argentina (BCRA), en julio circularon 7.867 millones de unidades en poder del público y de las entidades financieras. Esto representó una expansión del 3% en relación al mismo mes de 2013, cuando se registraron 7.6879 millones de piezas. El reporte precisa que hasta el mes pasado, las monedas de $ 0,10 representaron el mayor porcentaje (34,4%) en la masa de dinero circulante con 2.713 millones de unidades. Detrás, se ubicaron las de $ 1 (1.409), las de $ 0,05 (1.272), las de $ 0,25 (1.008) y las de $ 0,50 (747). Las monedas de $ 2 alcanzaron los 309,8 millones de unidades, mientras que las de $ 5 llegaron al 1 millón. Comerciantes, taxistas y cajeros, entrevistados por LA GACETA, coincidieron en que las monedas más necesarias para dar vueltos son las de $ 0,25, las de $ 0,50 y las de $ 1.

consecuencias

la mayor emisión genera un circulo vicioso

La política monetaria extremadamente expansiva y de baja de tasa, alimenta el dólar informal y la brecha cambiaria, contribuyendo a que suban las expectativas de inflación y

devaluación, lo que incentiva el círculo vicioso, dice Economía & Regiones. Cada vez hay más pesos en la economía y menos dólares en el Banco Central, que por ahora siguió pagando con reservas la deuda del Tesoro”, alerta la consultora. La prudencia de principios de año parecería haber quedado en el olvido y la política monetaria del BCRA se está tornando cada vez más laxa, puntualiza en su reporte semanal. Según Economía & Regiones, con más baja tasa de interés el sobrante de pesos aumenta semana tras semana, mes a mes en el mercado.Paralelamente, la demanda de dinero cayó en promedio un 13% en el primer semestre del año. Mayor sobrante de pesos, menos demanda de dinero y menos dólares en el BCRA se traducen en mayor dólar cobertura y mayor dólar blue.

cajeros de supermercado

“la falta de cambio se siente más en las compras grandes”

La falta de cambio también se siente en los grandes supermercados. Según fuentes del sector, en el último año los locales incrementaron sus gastos en transporte de caudales para contar con billetes de baja nominación y con monedas, necesarios para dar vueltos en las operaciones que se concretan en la línea de cajas. “Se gasta más en la logística del dinero. La falta de billetes chicos y de monedas genera una complicación a las empresas”, explicó una representante de una cadena de locales que solicitó la reserva de su identidad.

La escasez de cambio también afecta el trabajo cotidiano de los cajeros, según cuenta Belén Ahumada, quien cumple este rol en la sucursal de una cadena que opera en la capital tucumana. “Cuando no hay billetes chicos en la caja, tenemos que pedirle a algún encargado. Esto demora la atención a los clientes, que deben esperar en la fila. En algunos casos, hay personas que se quejan, pero la mayoría entiende el problema”, subraya la empleada.

Por su parte, el cajero Gustavo Santos remarca que la mayoría de los clientes paga con billetes de $ 100, ya que en el súper el grueso de las operaciones excede este valor. Sin embargo, el advierte que las complicaciones suceden en la caja rápida. “En las compras grandes no se siente tanto la falta de cambio. El problema viene en las compras chicas que, generalmente, los clientes pagan en la caja rápida”, asegura.

taxistas

“Los pasajeros se enojan, pero no hay monedas ni billetes chicos para el vuelto”

La escasez de billetes chicos y de monedas también preocupa a los taxistas que, muchas veces, soportan el enojo de los pasajeros cuando no pueden entregar una moneda de vuelto. Esto le sucede a Pablo Salazar, quien trabaja de chofer desde hace 7 años. “En la calle se nota que cada vez hay más billetes grandes. Esto afecta nuestro trabajo”, asegura. Además, agrega que la falta de billetes de baja nominación lo perjudica porque debe perder tiempo de trabajo para conseguir cambio. “En lugar de buscar pasajeros, lo primero que hago cuando arranco el día es buscar billetes y monedas para el vuelto. Tengo un amigo quiosquero que, cuando puede, me cambia $ 50 o $ 100. Pero tengo que salir de mi casa e ir a verlo. En esto pierdo tiempo de trabajo y plata que podría ganar”, se lamenta.

Por su parte, el chofer Franco Méndez admite que entiende el enojo de los pasajeros cuando no reciben la totalidad de su vuelto. “Esto me pasa casi todos los días. Cuando llegamos al destino, el pasajero paga el viaje y, si no tengo cambio, le tengo que entregar el vuelto incompleto. Muchas veces los pasajeros se enojan, y creen que nos quedamos con el vuelto, pero es una situación que excede a nosotros”, remarca el chofer. Los taxistas entrevistados por LA GACETA coinciden en que lo ideal para su trabajo sería que aumenten la circulación de billetes de $ 2 y de $ 5, así como de monedas de $ 0,25 y de $ 0,50.

quiosqueros

“ocho de cada 10 personas que entran al local pagan con billetes $ 5o o de $ 100”

Los quiosqueros están acostumbrados a manejar billetes y monedas, y tienen un termómetro preciso sobre el dinero circulante. Empleados consultados por LA GACETA señalan que, ante la escasez de billetes bajos y de monedas, sufren a la hora de dar vueltos y hasta se ven obligados a resignar ventas cuando el cliente paga con dinero grande. Claudio Hernández es empleado de un quiosco en el microcentro de la capital tucumana. Afirma que cuando entra un cliente lo primero que piensa es “ojalá que compre algo y que tenga cambio”. “La falta de billetes de valor bajo y de monedas es un problema serio, porque muchas veces tenemos que resignar una venta por no tener cambio para el vuelto”, asegura. Además, advierte que para conseguir billetes chicos o monedas, el propietario del local en el que trabaja debe ir al banco casi todos los días. “Es una gran complicación”, insiste.

Una postura similar expone Cinthia Leguizamón, quien atiende un drugstore en Barrio Sur. La empleada asegura que ocho de cada 10 personas que ingresan al local pagan con billetes de $ 100 o de $ 50, compras por montos mucho menores. “A veces es imposible dar el vuelto completo y tenemos que entregar un chicle o un caramelo. Esto genera malestar entre los clientes, porque nos vemos en la obligación de pedirles que paguen con plata más chica. Pero la realidad es que no tienen porque abundan los billetes de valor alto”, se queja.

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