¡Brasil campeón! y unas calzas para el recuerdo

¡Brasil campeón! y unas calzas para el recuerdo

El Mercado Central de Belo Horizonte ya vive el "clima de Copa".

DIVIDIDAS. Lorraine y Jaqueline se debaten entre Messi y Neymar. LA GACETA / GUILLERMO MONTI DIVIDIDAS. Lorraine y Jaqueline se debaten entre Messi y Neymar. LA GACETA / GUILLERMO MONTI
El Mundial se respira en cada rincón de Belo Horizonte. En especial, en los centros neurálgicos de la ciudad. Esos espacios de tránsito tumultuoso y de encuentros permanentes. Como el Mercado Central, inaugurado en 1929 y enclavado en el casco histórico. Pululan las banderitas verdeamarillas, los adornos en los puestos y los vendedores enfundados en la camiseta de la selección. Claro, con el 10 en la espalda. Si en otros sectores de la capital mineira se nota cierta frialdad, una sensación de que el “clima de Copa” no se encendió todavía, en el Mercado se despliega el calor futbolero que abriga a cada brasileño.

“Somos locales y tenemos un gran equipo. ¡Brasil campeón!”, exclama Giovanni, mientras intenta convencer a cada visitante de que pague 15 reales por un gorrito emplumado. El de Giovanni es uno de los tantos puestos que venden infinidad de artículos. Bazares como los de antes, alimentados durante estos meses por el merchandising del Mundial. “¿Y no quiere un bolsito?”, pregunta Giovanni. Tiene estampada la bandera con la omnipresente proclama “Ordem y progresso” y vale 100 reales (unos $ 340).

En lo estructural, el tradicional paseo de compras de Belo Horizonte es muy parecido a nuestro Mercado del Norte. Las abrumadoras diferencias se notan en la variedad de la oferta, en la higiene, en la organización, en la seguridad. Los únicos aromas que dominan el ambiente son los dulzones y penetrantes que emanan de las queijerias (queserías). Hay una justa combinación entre barcitos al paso, puestos en los que se venden alimentos (carne, pescado, frutas) y pequeños comercios de los más diversos rubros. Como Fascinacao, una tienda de sorpresas en la que impera la simpatía de Jussara Tamietti. “Mire qué linda esta remera. Es bordada. Vamos, llévela”, propone Jussara.

Un poco más allá, con la "Verdeamarelha" de rigor y torneadísimas calzas negras, Lorraine declara su amor por Messi. Jaqueline, la otra vendedora, prefiere a Neymar. "Messi llega cansado", explica con llamativa erudición futbolera. De paso, propone una rebaja de 10 reales por una remera. "Cuesta 45, se la dejo a 35" desliza. Lorraine mira con una sonrisa. Como afirma la sabiduría popular, los únicos que no mienten son los chicos, los borrachos y las calzas.

Imperio dos cocos, Palacio de la Feijoada, Todo para su canario… Los carteles multicolores se suceden. Sobre un bebedero un mensaje ruega: “por favor, no se tome baños aquí”. En pilares y vitrinas se repiten dos campañas de concientización: contra el dengue y contra la pedofilia. “Belo Horizonte es un lugar hermoso para vivir”, sintetizan Freddy y Diana, estudiantes ecuatorianos que deben estar muy enamorados de Brasil porque acaban de comprarse una bandera del país. “Pero en el Mundial vamos a hinchar por Ecuador”, aclaran.

Los que tienen las cosas muy claras son Dalmo y Cesar, vendedores de la “Comercial Uchoa”. “Las manifestaciones y las protestas son una cosa, el fútbol es otra. Nosotros apoyamos la Copa, van a ver que todo sale perfecto”, recalca Dalmo. ¿Y quién gana? “Brasil –arenga César-. ¿Cómo me hace semejante pregunta?”

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