Pasión brasileña por Argentina

Por Guillermo Monti 11 Junio 2014

Santa Teresa es un barrio de clase media. Hay muchas casitas prolijas, con más de un par de décadas encima. Recorrerlo equivale a caminar por nuestro barrio Kennedy, con la diferencia de que las calles de Belo Horizonte son un subibaja trazado entre morros. Pero ayer la paz que rige los días de la zona se esfumó. Enclavado en Santa Teresa está el estadio Independencia, donde Argentina realizará esta tarde la práctica abierta que ordena la FIFA a todas las selecciones que disputan el Mundial.

Fue tan masiva la concurrencia de hinchas que pugnaron por retirar las entradas que el cuestionamiento surgió con nitidez: ¿no somos los argentinos los archienemigos de Brasil en su camino al sexto título?

“Nada de Brasil, este es el Mundial de Argentina”, afirma Julio, feliz porque había conseguido las entradas (sólo se entregaron dos por persona). “Voy a venir con mi novia, que es fanática de Messi”, promete Julio, enfundado en la camiseta de Cruzeiro.

Pero, ¿y la ‘verdeamarelha’? “Faltan cracks”, sentencia. La de Julio es la historia de innumerables mineiros que, de pronto, exhiben un llamativo enamoramiento por nuestra Selección.

Vavá, llamado como aquel inolvidable goleador que alineó Brasil en las Copas de 1958 y 1962, no olvida que Estudiantes le ganó a Cruzeiro la final de la Libertadores, y como buen hincha de Atlético Mineiro le prende velas a Alejandro Sabella, conductor de aquel “pincha” campeón. “Los argentinos juegan con el corazón -define Vavá-. Dejan la sangre en la cancha. Eso Brasil tiene que aprenderlo”.

Hay mucha admiración entre los torcedores. Respeto por Argentina. Toda una lección de sabiduría futbolera, que excede el San Martín-Atlético local (Cruzeiro versus Mineiro). Los elogios a la albiceleste caen desde los dos bandos. Por eso se habilitarán muchos más de los 4.000 lugares previstos originalmente para la práctica. La entrega de tickets trepará hasta cerca de 10.000.

Es cierto que habrá argentinos en el Independencia, pero los anfitriones serán abrumadora mayoría. ¿Qué esperan ver? “A Messi, por supuesto”, sostiene Dina. ¿Y nada más? Un buen indicio lo entregó Ruibal, que no había concurrido al estadio para retirar una entrada, sino para vender banderitas brasileñas. A 10 reales ($ 34) cada una. “El mineiro es un pueblo inteligente -apunta Ruibal-. Sabemos reconocer lo bueno. Si viene Messi a Belo Horizonte no es cuestión de chiflarlo, sino de aplaudirlo. Además la Copa del Mundo es una oportunidad para abrir los brazos. Es una fiesta de todos”.

Teniendo en cuenta que Argentina no volverá a mostrarse, la cita de esta tarde es obligada para los torcedores. Además, está claro que la mayoría no consiguió entradas para el único partido que Argentina disputará en la ciudad (contra Irán). Mañana la Selección les mostrará 15 minutos de la práctica a los periodistas en Cidade do Galo y luego dos jugadores brindarán una conferencia de prensa. A continuación el grupo pondrá proa rumbo a Río de Janeiro para afrontar el debut contra Bosnia. En otras palabras: los mineiros son anfitriones con pocas chances de apreciar desde cerca a las estrellas argentinas.

Es el motivo por el que Zezinho se bancó tres cuadras de cola, desde la madrugada, para conseguir su lugar. ¿Vale la pena, Zezinho? “Absolutamente -celebró-. Estas cosas se ven una vez en la vida”.