Un actor que no dejó que el mito lo devorara

Un actor que no dejó que el mito lo devorara

Referentes artísticos tucumanos recuerdan al gran maestro de la escena en las distintas etapas de su vida, y reflexionan sobre su legado ético y actoral. Homenajes desde todos los espacios públicos

2013. Su última obra teatral fue “Final de Partida”, junto a Joaquín Furriel. 2013. Su última obra teatral fue “Final de Partida”, junto a Joaquín Furriel.
12 Abril 2014

ARTE Y HUMILDAD
Vivencias compartidas con la productora Josefina Andujar 
“Las anécdotas sobre Alcón son infinitas, pero si hay algo que lo definió fue su generosidad y su humildad. Ya había hecho “Los caminos de Federico” en Buenos Aires y en España, y sin embargo venía al teatro a ensayar cinco horas antes. La última vez que vino, en 2008, con “Muerte de un viajante”, con Diego Peretti, yo era directora del MUNT, y armamos una actividad alrededor del Día de los Muertos, en la que había lecturas en off de varios artistas. Le pedimos que nos grabara algo, y con toda humildad se prestó a hacerlo. Casi improvisando, en el camarín leyó la muerte de Ignacio Sánchez Mejía: “Vuela, Ignacio, reposa, también se muere el mar”. Ese debería ser su epitafio. Era un tipo que, a diferencia de muchos actores, escuchaba al otro”, recordó Andújar.

VIEJA AMISTAD
Alfredo Fénik lo tuvo de técnico para egresar del conservatorio
“La trayectoria de Alfredo Alcón honra al teatro argentino. Nunca hizo nada sin estar convencido, sólo se comprometía con lo importante y serio. Si no había calidad de por medio, decía que no por más dinero que le ofreciesen. Tengo un gran dolor”, le dijo a LA GACETA Alfredo Fénik. Ambos actores compartieron muchas horas en los 50, cuando estudiaban en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático, aunque Alcón era de un curso anterior a Fénik. “Fue mi asistente técnico y me ayudó a egresar, con la escenografía, con la utilería y, sobre todo, con el estímulo artístico. Nos hicimos muy amigos”, señaló. Entre las obras preferidas de Alcón, su colega tucumano recordó “Final de partida”, de Samuel Beckett, que fue su despedida sobre el escenario: “él adoraba esa pieza, fue un símbolo de su vida”.

UN MITO POPULAR
Preguntas de Gabriel Carreras sobre el mejor de la Argentina
Cuando Gabriel Carreras tenía unos 10 años, vió por televisión una entrevista en vivo que le hacían a Alfredo Alcón en Canal 8 y le preguntó a su padre quién era. “Me respondió ‘el mejor actor argentino’, y con mi hermano le pedimos conocerlo. Como vivíamos a la vuelta del canal, fuimos y ahí lo ví. Quedamos fascinados, y la definición de mi papá me marcó por toda la vida”, recordó ayer. Carreras pertenece a una generación de actores que no tuvo a Alcón como su principal referente en escena, y que prefiere a otros artistas para el primer lugar de un imaginario podio. “Aún así, siempre lo admiré y fue bastante importante. No tengo respuesta de por qué lo calificaban el mejor; pero es un mito popular, que marcaron algo en la gente y que quedó grabado en el imaginario social”, afirmó.

EN EL PODIO
De “Un guapo del 900” al ejemplo de Lawrence Olivier
Luego de ver “Un guapo del 900”, Juan Tríbulo salió impactado del cine. La pantalla mostraba a un treintañero Alfredo Alcón (era 1960) como Ecuménico López, un matón y compadrito ligado a las tareas sucias de la política. “Fue su consagración, y para quienes estudiábamos teatro se transformó en el modelo a seguir, un referente y un prototipo a alcanzar como ejemplo del buen decir, del carisma y de la presencia”, afirmó. Tríbulo recordó una anécdota que ubica a Alcón en el pedestal de los actores argentinos. “Cierta vez filmaba un especial para la TV y pidió algo; como se demoraban en traerlo, protestó: ‘¿acaso tengo que ser Lawrence Olivier para que me alcancen las cosas?’ A partir de allí quedó la frase ‘¿tengo que ser Alcón para que me den lo que pido?’. Se fue un grande”, sostuvo.

CORAZONES ROTOS

- Graciela Borges, quebrada.- El mundo del espectáculo sufrió ayer el simbronazo de la muerte del gran actor Alfredo Alcón. Por todos los medios posibles sus colegas se despidieron con palabras repletas de cariño. Al aire de Intrusos salió en comunicación telefónica Graciela Borges. Apenada y quebrada por su partida, dijo: “él era solidario, maravilloso, nunca quejoso, no hablaba mal de nadie”. “Es una de las personas más fantásticas que yo conocí. Se llevó una gran parte de mi vida. Era una persona cariñosa y amorosa”, confesó.

- “El gran maestro”.- A pesar de que Alcón detestaba que lo llamaran “maestro”, todos los actores que estuvieron cerca de él lo llamaban de ese modo. En Twitter, el joven actor Nicolás Vázquez expresó: “Seguirá dando clases en el cielo. Talentoso, humilde y respetuoso. El gran maestro. Alfredo Alcón QEPD”.

- Furriel lo “espiaba”.- Joaquín Furriel fue su último compañero de escena, en la obra “Final de partida” (2013). El joven actor mantuvo ayer un diálogo con radio Vorterix donde, entre otras cosas, contó que en la bambalinas los técnicos le habían hecho unos agujeritos para que él pudiera verlo desde atrás del escenario. “Todos los que trabajamos con Alfredo estuvimos muy conectados con él en esta última etapa, lo que también habla de cómo era él como persona”, dijo Furriel, terriblemente golpeado por la esperable noticia.

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