“Fue una prueba de fuego para mi carrera”

“Fue una prueba de fuego para mi carrera”

ALEGRIA. Sueño que se hizo realidad. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA ALEGRIA. Sueño que se hizo realidad. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA
20 Enero 2014
A los 28 años, Maximiliano Salado Paz vivió su noche soñada. “Desde el mismo momento que me comunicaron que iba a dirigir este partido, fui consumiendo adrenalina como nunca lo había hecho hasta ahora”, dijo el joven árbitro al que todavía le costaba creer todas las sensaciones que vivió desde el mismo momento que piso el campo de juego del Monumental.

“Fue una prueba de fuego para mí. Porque tenía la convicción que este cotejo podía llegar a ser una bisagra para mi carrera en el arbitraje. Sabía que si todo salía bien, iba a ser la inyección anímica que necesito para empezar el año de la mejor manera. Pero también era consciente que si la cosa me iba a mal, sufriría un tremendo bajón”, dijo mientras recibía el abrazo de sus colegas que se llegaron al camarín para felicitarlo por su tarea. En el lugar estaba su pareja, Lucía, que vivió el partido con mucho nerviosismo desde la platea. “Cuando Maxi dio por terminado el partido me pude tranquilizar. Es que sabía lo importante que era para él este clásico. Estoy orgullosa porque estuvo a la altura de las circunstancias”, sostuvo Lucía mientras esperaba la salida de Maxi.

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