Visitantes respetuosos

Visitantes respetuosos

En los últimos años, ganar un clásico en tierra rival es casi una misión imposible.

OTRA VEZ LA MISMA HISTORIA. Atlético derrotó a San Martín y dejó en claro que el local siempre termina mejor parado en los clásicos. En la escena, Barrado prueba desde lejos, mientras Max intenta bloquearlo. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA OTRA VEZ LA MISMA HISTORIA. Atlético derrotó a San Martín y dejó en claro que el local siempre termina mejor parado en los clásicos. En la escena, Barrado prueba desde lejos, mientras Max intenta bloquearlo. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA
Ganar un clásico, para el imaginario popular, representa tocar el cielo con las manos. Ver al enemigo íntimo morder el polvo cotiza en bolsa. Mucho más en el reducto enemigo aunque esa sensación hace mucho tiempo no aflora en ningún hincha tucumano.

Jugar en terreno ajeno, cuando de “primos” se trata, suena a sentencia, a bofetada, a derrota. Y el 3-1 del “decano” sobre el “santo” saca a la luz un dato que confirma esa teoría: ganar en la casa del rival de toda la vida es un karma del que ninguno puede librarse.

El triunfo de Atlético de ayer, si se tienen en cuenta los últimos antecedentes estadísticos, podrían tildarse de casi cantado. Es que para ver un triunfo visitante en el duelo más lindo de todos, hay remontarse más de una década atrás.

San Martín, en un par de meses, cumplirá 14 años sin vencer a domicilio a Atlético, con todo lo que ello implica. La última vez que en La Ciudadela festejaron un triunfo en 25 de Mayo y Chile fue el 6 de marzo de 2000. Aquella vez, Daniel Juárez con misil teledirigido de zurda, había puesto de rodillas al Atlético de Humberto Zucarelli.

Seis meses antes de esa victoria “santa”, en esa misma temporada Atlético se había dado el gusto de ganar en Bolívar y Pellegrini luego de 15 años. Fue 3-2 sobre la hora, un 19 de septiembre de 1999. Mauro Amato, héroe de esa tarde noche en dos ocasiones, y Raúl Saavedra le dieron aquella victoria largamente festejada. Y desde ese día, otra vez sopa para el “decano”. Ir a jugar a La Ciudadela era un martirio. Empates y derrotas se sucedieron y Atlético volvió a acumular años sin salir victorioso de la casa del “primo”.

El primer “chico” de la Copa LA GACETA fue triunfo del local, lógica pura de un tiempo a esta parte. En siete días, Atlético tendrá la chance de cortar 14 años de sinsabores en La Ciudadela. ¿Podrá? ¿O San Martín también sacará a la luz el peso de jugar en casa?

Comentarios