Carlos Barrionuevo, el señor pelota

Carlos Barrionuevo, el señor pelota

En su momento, a pesar de sus logros, padeció las consecuencias de haber fallado en un instante decisivo.

El ex arquero decano posó gentilmente para las fotos. El único deseo que no se le pudo cumplir es hacerlo más blanco. El ex arquero "decano" posó gentilmente para las fotos. El único deseo que no se le pudo cumplir es "hacerlo más blanco".
02 Octubre 2013
La poca o mucha culpa que aun hoy siente por la revancha de la final del Argentino A 2003/04 con Racing de Córdoba es un dolor que sólo Carlos Barrionuevo sabe cómo menguar. No lo dice, pero da la impresión que el actual entrenador de arqueros de Atlético vive con la herida abierta, más allá de jurar que hizo lo que creyó conveniente en su momento. El "decano" era todo para él, su vida. Fue donde todo comenzó y también donde abruptamente debió decirle adiós a una interesante carrera.

Pareciera una muletilla que perseguirá eternamente a "Carlitos". "Todos me hablan del aquel día, el día nefasto", recuerda sentado junto al cronista de LG Deportiva frente a uno de los arcos de la cancha central del complejo de Ojo de Agua. "El puesto de arquero es ingrato. Podés haber sido figura durante los 90' de partido, pero si en la última te equivocás nadie se va a acordar de lo otro. Tenés que ser de cabeza fría y corazón caliente, me decía un entrenador", señala quien a los 34 años acompaña a Cristian Lucchetti, Lucas Calviño y Maximiliano Flores. "Nos les enseño nada, los acompaño", explica el morocho, que llegó a custodiar el arco "decano" de la mano de Andrés Rebottaro. Con "Tito" en el banco, a Atlético y a Barrionuevo se le escurrieron dos chances de ascenso a la B Nacional.

"Se acuerdan todos del partido con Racing. Ya es normal, siempre me cargan", dice con un dejo de resignación. El problema base está en que Atlético, después de empatar 1-1 en el Monumental, vencía a los cordobeses 2 a 1, a falta de 22 minutos. Que pueden ser catalogados de apocalípticos. Hubo una salida hacia un costado. Minuto 68. "Intenté no dejar a Monserrat tirar un centro recto al arco". "Diablo" sacó una bocha colgada, descolocó a Barrionuevo y mandó un globo al segundo palo. Los Pérez, Dante y Pablo, se nublaron y el diminuto "Chanchita" Albornos embocaba el 2 a 2. "Cuando elegís ser futbolista sabés que no vas a conformar a todos. Bueno, la vida sigue. Son decisiones que tomás en un segundo y pueden ser acertadas como no. Yo decidí salir aquella tarde", asevera "Carlitos", que después padeció el 3-2 a los 88', y de caño. Tapó en primera opción, pero no pudo retener en segunda tanda a Juan Rezzónico. Llegó la Promoción con la CAI, pero el "decano" no sube porque los de Comodoro Rivadavia tenían ventaja deportiva. Fue 0-1 acá y 1-0 allá. En el sur, Barrionuevo fue figura. Nadie lo recuerda.

Y como que la cosa venía decantando para mal. Una trágica serie de operaciones en la rodilla izquierda lo obligan a archivar los guantes para siempre. "Tenía 25 años, fue duro ese momento. En una pretemporada en el parque Guillermina sentí que no daba más. La rodilla me bailaba, así no podía seguir. Me habían operado mal y cuando hice interconsultas, algunos médicos me decían que si salía todo bien, todos 'nos subíamos al caballo del comisario'. Y si no, yo quedaba solo". El apoyo de Liliana, su actual esposa y madre de sus hijos, Mateo (5 años), Genaro (3) y Amparo (1) fue vital. "Estuve mal, me alejé un tiempo de todo. Recuerdo que Julio Barreto, entonces médico del plantel, habló al doctor que me había operado en Buenos Aires para que me diera una solución. 'Que se ponga una rodillera', le respondió a Julio...".

Sentado frente a uno de los arcos de la cancha central del complejo de Ojo de Agua, Barrionuevo descarga emociones pasadas. E insiste en no renegar. "La vida es una y hay que vivirla al día sabiendo que la decisión que tomaste es la mejor. Soy un agradecido de lo que tengo".

Confirmado en la función de coach de arqueros en la era Juan Manuel Llop, "Carlitos" revela el hoy laboral del grupo conducido por "RR". "Los martes y miércoles son exclusivos para mí, ja. Hacemos trabajos de fuerza y hay mucha revolcada por parte de los chicos. Todos son trabajadores", firma el lungo y se ríe del "loco" Lucchetti. "El cree que es jugador de campo, como que le queman los guantes, ja, ja. Conocer a tipos como Cristian, con la trayectoria que tiene, son alegrías que solo pocos podemos tener. Es un gran arquero", reconoce quien también estará en el proyecto de inferiores, a cargo de Diego Erroz. "Hay material, hay futuro. La profesión de arquero ya no es para 'el gordito que no encontraba lugar en el equipo del barrio".

Comentarios