Al gran "Capé", salud

Al gran "Capé", salud

Claudio Sarría no se olvidará nunca de su querido "decano".

UNA OVACIÓN INOLVIDABLE. Claudio Sarría saluda emocionado al público que lo aplaudió desde todos los sectores del Monumental. UNA OVACIÓN INOLVIDABLE. Claudio Sarría saluda emocionado al público que lo aplaudió desde todos los sectores del Monumental.
30 Septiembre 2013

"A un futbolista le resulta muy difícil alejarse de su tierra natal y de la familia para instalarse en otro lugar. En Tucumán, ese problema no lo sufrí. Por Atlético me sentí como en casa durante cuatro años", se apura en aclarar Claudio Sarría. El "Cape", el ídolo de dos ascensos consecutivos que le sirvieron para que su nombre quedara grabado a fuego en la historia del club y se transformara en el primer jugador no tucumano en recibir el "Gran Decano," un clásico reconocimiento a las figuras que pasaron por 25 de Mayo y Chile.

Este cordobés de 38 años no tiene dudas sobre dónde le fue mejor en su carrera. "Instituto es mi casa porque me dio todo y Atlético, por todo lo que me brindó desde que llegué, es mi segundo hogar. Jamás olvidaré las cosas que me tocaron vivir en el club", reconoce el hombre que también lució las camisetas de Lanús, San Lorenzo (con la que ganó la Copa Sudamericana en 2002), Talleres, Liga de León (campeón del ascenso mexicano en 2004) y Alianza Lima (ganó el título peruano en 2004). "Tuve la suerte que en la 'gloria' y el 'decano' logré salir campeón y ascender. Eso no tiene precio y es lo que desearía cualquier futbolista", explica.

Sarría no se olvida de su arribo al equipo de 25 de Mayo y Chile. "Integré un buen equipo que, por una desgracia, no pudo ascender a la B Nacional. Fue un golpe duro, pero por suerte tuvimos revancha al año siguiente", aclara en una charla con LG Deportiva.

- ¿Qué significó para vos el ascenso a la B Nacional?

- La verdad que muchísimo. Ese era un equipazo. El plantel estaba integrado por jugadores con una gran calidad técnica. Disfrutábamos en el campo. Daba gusto ver como jugábamos. Además de concretar un sueño que llevaba varios años trunco, lo hicimos de la mejor manera.

- Pero el ascenso a Primera también fue muy importante…

- Por supuesto que sí. No tengo dudas de que ese fue el logro más importante de la historia del club, pero me quedo con el título del Argentino A por cómo jugamos. Insisto, lo hacíamos tan bien que hasta nos divertíamos en el campo.

El tono de "Cape" cambia cuando le toca hablar del único trago amargo que tuvo desde que llegó al "decano". "La lesión que sufrí, sin lugar a dudas, fue lo peor. Lo que parecía una operación sencilla, terminó complicándose por lo que me perdí varios meses de competencia. De todas manera, con ese plantel hicimos una muy buena campaña", dice con la voz entrecortada.

- ¿A qué te referís?

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- No empezamos bien, pero cuando los engranajes comenzaron a funcionar, el equipo concretó un estilo de juego particular. No era vistoso, pero se transformó en sumamente efectivo. Por eso fuimos justo campeones y logramos desatar una locura en toda la provincia. Todos los tucumanos festejaron el ascenso y no sólo los hinchas de Atlético.

- ¿Estás tan seguro de que fue así?

- Es que lo viví. Jamás, pero jamás, me olvidaré lo que fue la caravana de festejo. Fue una gran idea pasar por un montón de pueblos para que la gente nos saludara y estuviera cerca de nosotros. No me olvidé cuando entramos a Simoca para que el "Pulguita" saludara a su mamá. Todo el mundo estaba esperando ese momento. Y después, llegar a una plaza Independencia que reventaba de gente. Ahí comenzó otro ciclo.

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- ¿Cuál?

- Lograr que Atlético se quedara en Primera. Desgraciadamente no pudimos hacerlo. Fue una lástima. Nuestro sueño era que se quedara, porque se merece estar ahí por todo lo que representa. No pudimos conseguirlo.

La etapa final

Después del descenso, "Capé" decidió buscar nuevos aires. Su destino fue Sarmiento de Junín en la Primera B Metropolitana. Luego pasó por Juventud Unida de San Luis, donde decidió colgar los botines. Han transcurrido más de dos años de su partida y el Monumental volvió a temblar con su presencia. De Tucumán, además de una plaqueta, se llevó una inolvidable ovación.

- ¿Qué es de tu vida?

- Y sigo vinculado al fútbol. Ahora estoy haciendo los primeros pasos como entrenador. Dirijo la séptima de Instituto. Estoy aprendiendo y disfrutando desde otro lugar.

- ¿Qué harías si te ofrecen dirigir a Atlético?

- Sería un sueño. Estoy empezando en la profesión, pero quien dice. Tal vez en un par de años vuelva. Jamás le podría decir que no a un club y a una provincia que me dio tantas cosas.

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