Gana y sueña, pero no enamora

Gana y sueña, pero no enamora

Atlético marcó diferencia desde el inicio pero sufrió hasta los 93', cuando llegó el segundo gol.

LE DEBE EL ASADO. Lenci, que vuela por los aires buscando el balón, rompió el maleficio y marcó el 2-0. Barrado lo dejó solo. LE DEBE EL ASADO. Lenci, que vuela por los aires buscando el balón, rompió el maleficio y marcó el 2-0. Barrado lo dejó solo.
Menos mal que Atlético está al día con la cuota social de la suerte. De lo contrario, el 2-0 firmado ante Aldosivi podría haber tenido otro ganador en el Monumental. Igual, lo importante es sumar de a tres y seguir prendido entre los de arriba, ¿no? En tiempos donde los resultados mandan y el buen fútbol solo es parte de un capítulo del libro de la intermitencia, el "decano" es uno de los mejores alumnos en la divisional. Por algo está donde ésta y eso merece todo el respeto del mundo.

Pero la sensación que dejó en el partido con Aldosivi es que hay mucho por mejorar y corregir. Algo cambió, claro. Se le machacaba no saber abrir los partidos cuando se le cierran atrás y ayer, en menos de un minuto, "Pulguita" borró de la lista de los mandados la tarea. Centro pasado, rebote en la humanidad de un sorprendido Montiglio y pelota mansa a los pies del cantante de Simoca. Luis Miguel no dudó y definió con la paciencia de un monje. Adentro, gol, 1-0. Después de que la pelota cruzó la línea de los suspiros como que la balanza de la subjetividad se inclinó hacia el dueño de casa. Parecía cosa juzgada el partido. Error.

Aldosivi, el de la mandíbula de cotillón, se fue al frente con desesperación y creatividad, y todo gracias a que insólitamente Atlético se tiró atrás a esperar. ¿Esperar qué? ¿La contra? Con el partido todavía en proceso de desayuno, el dueño de casa entregó la pelota. Imbert enloqueció por los costados (reventó el travesaño), Vildozo ganó casi siempre arriba. Lo único que le faltó a la visita es saber anotar. La fortuna, las manos de Lucchetti y los rechazos de Bianchi asfixiaron sus gritos.

El descanso le vino al pelo al "decano". Los 15' de charla sirvieron. No brilló pero sí controló más a Aldosivi, pese a que Lucchetti intercedió nuevamente ante el rabioso Imbert. Se lo notó nervioso a Atlético, sí, aunque siempre dispuesto a morder. Barrado lo ratificó. Supo apurar a Galván, robarle la pelota y entregarle el 2-0 a Lenci sobre la hora.

Atlético gana, pero no enamora. Hoy sumar es la prioridad.

Lo bueno
Lucchetti brinda seguridad y Romat hace lo propio atrás. En el medio, Barrado guapea y arriba "Pulguita" noquea. Atlético tiene material para producir alegrías.


Lo malo
Más allá del mérito que pudo haber tenido Aldosivi para hacerse dominador del partido tras el 1-0 del local, que se tiró insólitamente atrás. Iba 1' de juego no 90'. La suerte lo ayudó ayer.

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