Los autos mal estacionados fueron las estrellas del primer mes de las fotomultas

Los autos mal estacionados fueron las estrellas del primer mes de las fotomultas

Más del 50% de las infracciones corresponde a vehículos aparcados en lugares en los que está prohibido hacerloUna psicóloga dijo que el nuevo sistema sorprende a los conductores desprevenidos

INFRACCIÓN. Un transporte escolar mal estacionado en Balcarce al 700. INFRACCIÓN. Un transporte escolar mal estacionado en Balcarce al 700.
20 Agosto 2013

Parece un juego: mientras no haya nadie que controle, en Corrientes al 900 vale todo a la hora de estacionar. A las 10 de la mañana, los autos y las camionetas en doble fila se extienden a lo largo de la cuadra. Algunos tienen la baliza encendida. Otros, ni siquiera eso. Salvo en uno o dos casos, sus conductores no están a la vista. Si alguno de los que está bien aparcado quiere salir, debe hacer explotar su bocina para que le abran paso. Y el descontrol aumenta. Pero de golpe, todo cambia: desde la Catamarca dobla una camioneta naranja y se detiene detrás de la fila de los mal estacionados. La cámara con la que está equipada empieza a fotografiarlos. En cuestión de minutos, se esfuman como moscas espantadas.

El sistema de fotomultas cumplió un mes en las calles de San Miguel de Tucumán. Entre el 15 de julio y el 12 de agosto se registraron 4.691 infracciones con este sistema, un 35% más que antes de la salida de los radares y las cámaras a la vía pública, según datos de la Dirección de Tránsito de la Municipalidad.

Por la ciudad circulan tres radares: uno fijo, que se instala sobre un trípode; otro que va ubicado en una motocicleta especial, y el último, dentro de una camioneta de color naranja. El de la moto y el fijo detectan el mismo tipo de infracciones: excesos de velocidad y cruces en rojo. El de la camioneta se concentra en los vehículos mal estacionados. En los próximos meses se instalarán equipos fijos en los semáforos.

Durante este primer mes, el estacionamiento en lugares donde no está permitido encabeza el ranking de las infracciones. Representa el 52% de las fotomultas. Al segundo lugar lo ocupa la violación de la luz roja. Por atrás está el exceso de velocidad. En Tránsito también destacan que, si bien los radares no la detectan, hablar por celular al volante es una falta preocupante y excesivamente extendida entre los conductores tucumanos.

La mayor parte de las infracciones por mal estacionamiento se registraron en las calles del macro y del micro centro. A las que fueron por exceso de velocidad, las captaron en las avenidas. Por ejemplo, en la Papa Francisco (ex Wenceslao Posse), los radares descubrieron vehículos que ingresaban a la ciudad a nada más y nada menos que 140 km/h, detalló el titular de Tránsito, Carlos Soto.

"El objetivo es que las fotomultas cumplan una función disuasiva; no se trata de una medida recaudatoria. Es necesario que se empiecen a cumplir las normas. Por ejemplo, un auto mal estacionado en calles como la Córdoba, la Crisóstomo Álvarez o la San Juan, donde hay muchos colectivos y poco espacio, causa un daño tremendo", explicó el funcionario.

Eso sí: en el caso del mal estacionamiento, la fotomulta no implica el fin del cepo. De hecho, los inspectores siguen colocando trabarruedas, aclaró.

El camino de la multa

Una vez que las cámaras captan la infracción, la información queda registrada en una tarjeta de memoria que luego es entregada a los ingenieros de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). El cuerpo técnico que asesora al Municipio procesa los datos que luego son trasladados al Tribual de Faltas. Su presidente, Marcos Alzabé, aclaró que todavía las infracciones no llegaron a la institución, porque la información aún está siendo procesada en la UTN. "Pero van a llegar de un momento a otro", destacó.

El funcionario se mostró optimista con respecto al nuevo sistema. "Creo que el conductor se va a empezar a cuidar más. Porque se va a sentir más controlado. No es lo mismo venir a discutir un acta confeccionada por un agente que una imagen que registra el momento de la infracción", destacó Alzabé.

Según la Ley Nacional de Tránsito, a la que el Municipio está adherido, el costo de las infracciones se calcula en Unidades Fijas (UF), que equivalen al precio de un litro de nafta premium (en Tucumán ronda los $ 9). Por esa razón, el que cruce con luz roja deberá pagar 150 UF, es decir, unos $ 1.300. La misma cifra corresponde al exceso de velocidad. Por estacionar en zonas prohibidas, la multa mínima es de 50 UF, es decir, unos $ 450.

Soto apuesta a que, a medida que los conductores tomen conciencia de la presencia de los radares, la cantidad de infracciones disminuya. O que, al menos, se amesete. Habrá que esperar.

"La violación de las normas es un problema cultural"

Eran las 10 de la mañana y Carolina Juárez había dejado el auto estacionado en doble fila en Corrientes al 900. Había bajado a sacar un turno en un consultorio de la cuadra, pero tuvo que volver a las corridas, porque le estaban por hacer una fotomulta.

"Ya sé que está mal lo que hice. Pero no tiene sentido que pague una cochera para hacer un trámite de cinco minutos", se justificó la conductora.

"Psicológicamente, el ser humano es transgresor casi por naturaleza. Desde mi punto de vista, la violación de las normas es un problema cultural. Se reconocen las reglas, pero no las consecuencias de no cumplirlas", explicó la licenciada en Psicología Mirta Gallardo, jefa del departamento Licencia de Conducir de la Dirección de Tránsito de la Municipalidad capitalina. La especialista destacó que el sistema de fotomultas es nuevo y todavía sorprende a los conductores.

El titular de esa repartición, Carlos Soto, dijo que, psicológicamente, el trabarruedas suele surtir efecto en los infractores; luego de este castigo, muchos se cuidan de volver a estacionar donde está prohibido para evitar otra sanción. Espera que ocurra lo mismo con las fotomultas. "Con este sistema nuevo apostamos a la educación vial de los conductores", destacó el funcionario.

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