10 Marzo 2013
-Usted ya había trabajado con el Archivo Ratier en Historia de la educación en la Argentina. ¿Qué la hizo volver a él, y a este personaje?
-El archivo de Ratier es particularmente interesante porque expone problemas profundos del sistema educativo argentino, discusiones que están en su génesis. Por otra parte el archivo guarda documentación que no había sido revisada ni utilizada y es de mucho valor histórico.
-En su libro hay un cruce de géneros importante: novela, biografía, testimonio, investigación, historia de la educación, presencia del narrador. Una confluencia de registros. ¿Lo decidió de antemano o fue apareciendo a medida que el libro se escribía?
- Decidí de antemano volcarme al tema sin temer la persecución academicista, pero sobre todo fue en la propia escritura que tuve que resolver problemas referidos a los distintos registros del pensamiento de Ratier, y los docentes de la época.
-¿Qué relación hay entre las trabas burocráticas que sufrió Ratier, 70 u 80 años atrás, con las del presente? ¿Qué cambios hubo en el discurso pedagógico de aquella época a esta? Esto, relacionado con que, sin dudas, las ideas pedagógicas de Ratier eran las de un adelantado para su época.
-Hubo cambios muy importantes en las ideas pedagógicas del sistema escolar desde la caída de la última Dictadura. Trabajo en equipo, producción y creatividad de los alumnos, valorizar su participación eran antes objeto de experiencias aisladas en medio de un clima autoritario que confundía educación con disciplinamiento. Ahora en la mayor parte de las carreras de formación de los docentes una modalidad democrática del vínculo docente -alumno se transmite con naturalidad.
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