Pablo Peinado, un hombre que cultiva rosas, dice ser el dueño

Pablo Peinado, un hombre que cultiva rosas, dice ser el dueño

Los vecinos aseguraron que ven entrar y salir a hombres y mujeres de todas las edades

EN FACEBOOK. La doctora Sánchez Tardán en una reunión con Peinado. FOTO MURO DE FACEBOOK EN FACEBOOK. La doctora Sánchez Tardán en una reunión con Peinado. FOTO MURO DE FACEBOOK
16 Noviembre 2012
Después del allanamiento que se extendió hasta la madrugada de ayer, los moradores que habitan el inmueble de Lavalle 229 parecen no haber demostrado un mínimo de preocupación. Según los vecinos, pasaron la siesta y la tarde bebiendo cerveza y escuchando música a todo volumen. "Estaban a las risotadas, como en una actitud provocadora", contaron los habitantes de la cuadra, que pidieron preservar sus nombres por temor a represalias. Luis Pablo Peinado, más conocido en la zona como "El Enano Pablo", dijo ser el propietario de la vivienda. Ayer a la tarde se negó a hablar con LA GACETA. Sólo se limitó a deslindar responsabilidades. "Cualquier cosa, pregúntenle a la doctora Silvana Sánchez Tardán". Para evitar hablar del tema, el individuo argumentó que debía regresar al jardín. "Voy a cuidar mis rosas, son 11 las que tengo", repetía con insistencia.

Al lado de "El Enano Pablo" estaba todo el tiempo una mujer robusta y teñida de rubio. Los vecinos aseguraron que es su pareja y que se mudaron durante el verano pasado. Dijeron que modificó toda la propiedad para construir varias habitaciones, cada una con su baño privado y aire acondicionado. "A la noche, era un desfile de chicas, hombres y travestis. Como los vecinos nos quejábamos, comenzaron a promocionarlo por internet". En ese sentido, indicaron que existe una página web donde se dan turnos. "Todo funciona de manera organizada y se comenta que las tarifas van de $ 200 a $ 500".

Mala relación

Es notorio que los vecinos no tienen buena relación con Peinado. En ese sentido, recordaron un incidente ocurrido tiempo atrás entre "El Enano Pablo" y un grupo estudiantes del Colegio María del Rosario, ubicado en la acera de enfrente del inmueble. Según el relato, los adolescentes arrojaron naranjas contra la casa del hombre y éste reaccionó con violencia. En aquel momento, tuvo que intervenir la Policía para calmar las aguas.

"Es de esos vecinos desaprensivos y mal educados con los que uno tiene problemas siempre", aseguró una mujer que vive en la misma acera. Un numeroso grupo de personas coincidió con ella.

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