"No es válido preguntarse si existen o no"

"No es válido preguntarse si existen o no"

Griselda Barale, doctora en Filosofía, habla sobre el origen del mito urbano.

02 Septiembre 2012
De acuerdo con el relato de quienes han visto fantasmas, estas apariciones sobrenaturales son intangibles, duran unos segundos y casi nunca se les puede observar bien el rostro. El imaginario social los asocia con el alma o espíritu de una persona muerta, que frecuenta algún lugar que tenía gran significación emocional durante su vida pasada. Generalmente se cree que "no pueden irse" porque el final de sus días estuvo marcado por la violencia. Griselda Barale, doctora en Filosofía y docente de la UNT, ha investigado mucho sobre apariciones y mitos urbanos. Advierte que no es válido preguntarse si estos fantasmas existen o no, si son proyecciones de la imaginación o tienen existencia objetiva. "Lo importante es que la gente cree en ellos y asegura verlos", opina.

Barale nos cuenta que el origen de estas leyendas tiene su base en el anonimato de la gran ciudad. "En la multitud de la geografía urbana, tan anónima y heterogénea, ocurren muchas cosas -subraya-. La construcción de estas historias fantásticas tienen como objetivo darle identidad a ciertos lugares. Es una marca simbólica, cargada de contenidos".

"Todas las ciudades tienen sus misterios -añade Barale-. Se relaciona con el hecho de que en las urbes se borran las huellas de las personas y estas buscan de alguna manera encontrar marcas con las que puedan identificar espacios. En estas marcas aparecen los relatos, generalmente vinculados con asesinatos, con violencia, historias de amor inconclusas, hechos sangrientos. Son creencias, construcciones que poco tienen que ver con la religiosidad".

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