Año de suecos, hot pants y batido

Año de suecos, hot pants y batido

Adelante: Beby Jiménez, María Cerrizuela, Amalia Pache, Lidia Benítez, Ana María Graneros. Atrás: Lucila Suárez, Ángela Pereyra, Elba Décima, Zunny Casterán, Susana Leone, Graciela López, Rosi Cáceres y Josefina Klyver. Adelante: "Beby" Jiménez, María Cerrizuela, Amalia Pache, Lidia Benítez, Ana María Graneros. Atrás: Lucila Suárez, Ángela Pereyra, Elba Décima, Zunny Casterán, Susana Leone, Graciela López, "Rosi" Cáceres y Josefina Klyver.
29 Abril 2012
La cita es para compartir un té muy paquete en el bar de un hotel céntrico. "Las chicas" de la promo 68 de la Normal están volviendo loco al mozo. "¡Terminen así le contamos!", ordena una. "¡Ay, no sabía que venía con foto la cosa!", reclama otra. Se ordenan: las altas atrás y las petisas adelante. Se abrazan, se ríen, no pueden quedarse quietas. Están divertidas. "Siempre fuimos así", aclaran. ¿Qué extrañan del colegio? "¡La juventud, querida!", bromean (o no tanto). 

Se acuerdan del conjunto de folclore que tenían y con el que siempre salían segundas porque nadie las ayudaba a ensayar. También del viaje de egresadas a Carlos Paz, que constituye la gran odisea. "Todas mentimos que íbamos acompañadas por la mamá de una compañera, pero la verdad es que ella se bajó en Córdoba y nosotras seguimos solas el resto del viaje", cuentan sobresaltadas. "Pero nos portamos muy bien", afirman. 

 Y ya que estamos en tren de confesiones, entonces, se declaran las primeras que se le animaron a la mini, a los hots pants y a los suecos. Las que se bajaban el batido antes de entrar al colegio y a las que el rector (Luis Salinas) mandaba a que se quitaran el maquillaje. En los años de juventud morían en las matinées con las canciones de Salvatore Adamo, Camilo Sesto y Charles Aznavour. 

"La cena de egresados fue en el bar El Lago", recuerdan. "¡No, quedamos como unas viejas con ese dato!", retrucan mientras se ríen. 

De esos años del colegio conservan los mejores recuerdos y la clásica rivalidad con las del Liceo. "Nuestras profesoras eran verdaderas damas y nos enseñaron a ser mujeres de bien", dicen. Había materias como "Economía doméstica" en las que les enseñaban a pegar botones o a bordar el ajuar del bebé. 

Durante todos estos años trataron de no perder oportunidad para juntarse, aunque deben reconocer que en plena etapa de madres de hijos chicos las reuniones fueron esporádicas. Ahora, que muchas ya son abuelas ("¡somos libres!", añaden otras) y no tienen tantas ocupaciones, el té de una vez por mes se ha convertido en el ritual de las chicas. "Siempre festejamos algo, por ejemplo hoy es el cumple de Beby", cuentan. A veces se juntan en una casa de fin de semana en Los Nogales o se pegan una escapada hasta Las Termas. Se dan esos gustitos. 

 Algunas ya no están (ese también es uno de los riesgos del paso del tiempo), pero se mantienen en sus corazones. Hay amistades que no pueden borrarse. 

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