18 Marzo 2011
La vida según sabina.- "Creo que esta noche somos todas esas de las que habla Joaquín en sus canciones. Esas que tenemos la falda bien corta y nos encanta que nos canten canciones de amor, aunque sea sólo una noche". Para Celeste Ceballos (24 años), la dueña de esas palabras, tanto hombres como mujeres se convirtieron en personajes de la vida/poesía de Sabina. Un pantallazo por el Monumental lo confirmaba: acodados en la barra, como si fuera un gigantesco bar, para muchos la noche pasó entre copas -de plástico-, lágrimas y añoranzas de lo que nunca jamás sucedió.
De la cuna al geriátrico.- El merchandising de Sabina durante el recital abarcó desde baberos (foto) hasta bastones de madera con el nombre del músico. No faltó el clásico sombrero tipo bombín que, a pesar del precio ($ 120), varios se llevaron puesto para que la velada fuera más temática. Pads para el mouse, remeras, bolsos y musculosas fueron algunos de los productos que, a juzgar por el precio, se podría pensar que fueron cortados y confeccionados por el propio Sabina. "Acá hay de todo, desde el babero hasta el abuelo", dijo Pablo Barraza, uno de los organizadores locales.
Se ahorra de un lado, se gasta del otro.- Lo que no gastaron en entrada, lo gastaron en cerveza. En la parte de atrás, en la famosa "popular", la fiesta se vivió más que en el resto del anfiteatro, lejos de las sillas que encarcelan el baile y con una barra a su entera disposición.
Los primeros de los primeros.- No hicieron fila, no pagaron entrada y vivieron el recital en la comodidad del hogar: los vecinos disfrutaron del show. Dentro del estadio, varios se instalaron en el techo del baño y ganaron una visión privilegiada.
De la cuna al geriátrico.- El merchandising de Sabina durante el recital abarcó desde baberos (foto) hasta bastones de madera con el nombre del músico. No faltó el clásico sombrero tipo bombín que, a pesar del precio ($ 120), varios se llevaron puesto para que la velada fuera más temática. Pads para el mouse, remeras, bolsos y musculosas fueron algunos de los productos que, a juzgar por el precio, se podría pensar que fueron cortados y confeccionados por el propio Sabina. "Acá hay de todo, desde el babero hasta el abuelo", dijo Pablo Barraza, uno de los organizadores locales.
Se ahorra de un lado, se gasta del otro.- Lo que no gastaron en entrada, lo gastaron en cerveza. En la parte de atrás, en la famosa "popular", la fiesta se vivió más que en el resto del anfiteatro, lejos de las sillas que encarcelan el baile y con una barra a su entera disposición.
Los primeros de los primeros.- No hicieron fila, no pagaron entrada y vivieron el recital en la comodidad del hogar: los vecinos disfrutaron del show. Dentro del estadio, varios se instalaron en el techo del baño y ganaron una visión privilegiada.
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