12 Agosto 2010
El desconocimiento de que la Fundación Salud había facturado $ 800.000 al Siprosa por el dictado de dos cursos odontológicos quedó de manifiesto con el testimonio brindado por los cuatro integrantes tucumanos de Funsal.
La ronda de declaraciones de esta semana en torno del caso finalizó ayer con la comparecencia del subdirector técnico del Hospital de Niños, Luis Francisco Chincarini. El funcionario fue citado como testigo por la fiscala penal de la IX Nominación, María de las Mercedes Carrizo, quien investiga si hubo ilícitos en la contratación de la Fundación Salud.
Como se recordará, el Tribunal de Cuentas (TC) rechazó el pago de $ 800.000 autorizado por el ministro de Salud, Pablo Yedlin, con el argumento de que Funsal no existía jurídicamente al momento de iniciado el curso. En el Acuerdo Nº 990, el ente de control advirtió que la capacitación se inició en mayo de 2009, pero que la fecha de inscripción de Funsal ante la Dirección de Personas Jurídicas es de julio de ese año. En tanto, el convenio con el Siprosa se firmó en agosto. Por ello, el tribunal concluyó que hubo "serias irregularidades administrativas y transgresiones legales". En consecuencia, sancionó con el pago de una multa de cinco sueldos a Yedlin y a los funcionarios Alberto Sabaj y Daniel Alvarez Garmendia.
Ayer, Chincarini ratificó que desconocía la confección de las facturas y que aceptó unirse a la Fundación Salud por el respeto que le merecía la figura de su presidente, el odontólogo chileno Héctor Silva Olivares. En todo momento, Chincarini (es secretario de Funsal) dijo que la fundación fue creada sin fines de lucro y que por su participación tampoco pretendía percibir un sueldo. Incluso, el ingeniero defendió la calidad de los cursos de capacitación en salud bucal dictados en el Siprosa.
Sus dichos son coincidentes con los formulados ante la fiscala Carrizo por los otros integrantes de Funsal (Christian Guillermo Cúneo, Pedro Sisali y Julio Walter Fernando Paz). En rigor, ya ante el Tribunal de Cuentas Silva Olivares había eximido de responsabilidades al directorio de Funsal. Puntualmente, dijo que en su carácter de presidente había confeccionado personalmente las facturas, finalmente rechazadas por el ente de control.
La ronda de declaraciones de esta semana en torno del caso finalizó ayer con la comparecencia del subdirector técnico del Hospital de Niños, Luis Francisco Chincarini. El funcionario fue citado como testigo por la fiscala penal de la IX Nominación, María de las Mercedes Carrizo, quien investiga si hubo ilícitos en la contratación de la Fundación Salud.
Como se recordará, el Tribunal de Cuentas (TC) rechazó el pago de $ 800.000 autorizado por el ministro de Salud, Pablo Yedlin, con el argumento de que Funsal no existía jurídicamente al momento de iniciado el curso. En el Acuerdo Nº 990, el ente de control advirtió que la capacitación se inició en mayo de 2009, pero que la fecha de inscripción de Funsal ante la Dirección de Personas Jurídicas es de julio de ese año. En tanto, el convenio con el Siprosa se firmó en agosto. Por ello, el tribunal concluyó que hubo "serias irregularidades administrativas y transgresiones legales". En consecuencia, sancionó con el pago de una multa de cinco sueldos a Yedlin y a los funcionarios Alberto Sabaj y Daniel Alvarez Garmendia.
Ayer, Chincarini ratificó que desconocía la confección de las facturas y que aceptó unirse a la Fundación Salud por el respeto que le merecía la figura de su presidente, el odontólogo chileno Héctor Silva Olivares. En todo momento, Chincarini (es secretario de Funsal) dijo que la fundación fue creada sin fines de lucro y que por su participación tampoco pretendía percibir un sueldo. Incluso, el ingeniero defendió la calidad de los cursos de capacitación en salud bucal dictados en el Siprosa.
Sus dichos son coincidentes con los formulados ante la fiscala Carrizo por los otros integrantes de Funsal (Christian Guillermo Cúneo, Pedro Sisali y Julio Walter Fernando Paz). En rigor, ya ante el Tribunal de Cuentas Silva Olivares había eximido de responsabilidades al directorio de Funsal. Puntualmente, dijo que en su carácter de presidente había confeccionado personalmente las facturas, finalmente rechazadas por el ente de control.
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