Alguien está haciendo las cosas mal

Alguien está haciendo las cosas mal

Análisis.

Ataques parecidos, distintos desenlaces, la misma sensación de impotencia. La delincuencia tucumana parece estar fuera de control. Casos como el que sufrió la familia Roselló el 13 de diciembre, o el de ayer a la mañana, que involucró a la familia Tonetti, tienen demasiados puntos en común. Los asaltantes demuestran un desprecio total por la vida. A Silvia Castillo no dudaron en matarla, cuando su marido intentaba hacerlos huir. A Magdalena Medina la salvó su hijo. En medio de la pelea, uno de los asaltantes disparó, y el destinatario del proyectil no era su socio. Nada podrá reparar la pérdida de los Roselló. Pero el futuro de los Tonetti es incierto. Los familiares del muerto tardaron 15 minutos en llegar a su casa para intentar vengarse. ¿Podrán vivir el resto de sus días custodiados? Cualquiera puede ser víctima de estos ataques. Los delincuentes ya no se conforman con apoderarse de lo que llevan las víctimas. Ahora pretenden ingresar a las viviendas tomando rehenes, con el peligro que ello significa. Según la Policía, tanto los asaltantes de ayer a la madrugada como los que mataron a Silvia Castillo tienen antecedentes delictivos. Si es así, ¿por qué estaban en libertad? O hay una mala actuación de la Policía o la Justicia es demasiado permisiva. No se trata de pedir mano dura. Simplemente de que se cumple con la ley, que prevé penas de hasta 20 años de prisión por robo agravado. Parar esta locura depende de todos los que tienen responsabilidad directa en el área de seguridad. Nadie puede darse el lujo de mirar al costado. La vida de los ciudadanos está en juego.

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