27 Febrero 2009
“Las últimas precipitaciones que se produjeron mejoraron, en general, el estado de los cultivos en Tucumán y en nuestra zona productiva. Puedo decir que es un año agrícola normal, que no tiene nada que ver con el año económico que viene con muchas dificultades”, señaló a LA GACETA Rural el ingeniero José Antonio Martínez, productor y socio de la Cooperativa Unión y Progreso, de La Ramada.
“Los cultivos están todavía en carrera, en general, por lo que es muy prematuro hablar de pérdidas y mucho menos de cuantificarlas”, dijo. “Sin embargo, no dudo de que la falta de lluvias, oportunas y en cantidad, más el estrés hídrico y las altas temperaturas, condicionarán el resultado de la campaña agrícola”, advirtió.
En cuanto a la soja y las plagas, Martínez se refirió a la incidencia de los “picudos” (foto). “Cada vez producen más daños y tienen una mayor incidencia, lo que obliga a realizar más aplicaciones químicas”, dijo. Los productores están terminando estos días la campaña de insecticidas y están próximos a comenzar con los fungicidas, dependiendo del índice de humedad. “Estamos muy alertas en cuanto a la presencia de la roya, pero creo que los productores no van a gastar producto y dinero, como en campañas anteriores, haciendo aplicaciones preventivas; creo que las aplicaciones serán curativas, una vez que se detecte la presencia incipiente de la enfermedad”, explicó. Los mayores costos y los bajos precios de los granos complican la ecuación económica.
La rotación con gramíneas estivales -maíz o sorgo- es una costumbre arraigada entre los agricultores. En esta campaña la proporción de superficie con rotación será menor respecto de campañas anteriores. “El bajo precio de la soja y del maíz no ayuda; además, la semilla está muy cara. Por eso, se hará muy poco con sorgo, dependiendo de la zona”, señaló.
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