La letra de imprenta suele ser un escudo laboral

La letra de imprenta suele ser un escudo laboral

28 Octubre 2008

Toda frase o palabra debe ser decodificada. Por ejemplo, en los e-mail o en el chat, cuando una persona intenta hacerse notar, escribe con mayúsculas (en imprenta) y, generalmente, usa el color rojo. Evidencia cierta carga de agresividad. Transportando esos casos a la escritura diaria, en papeles o en anotaciones que aún son comunes, más allá del uso de la computadora, la escritura permite revelar la personal o la conducta de un jefe, de un supervisor, de un profesional o de un simple empleado. “La letra de imprenta suele ser como un señor de traje con maletín o una mujer vestida para trabajar en una empresa, una sobreadaptación que busca hacer una persona para cumplir con la demanda del medio, pero que, al usar ese tipo de letras, oculta las emociones”, dice a LA GACETA Claudia Gentile, grafóloga pública y directora de la consultora Grafosíntesis.
Según la especialista, el uso de la letra de imprenta (tomada como una letra de molde o estándar) en mayúsculas suele exteriorizar que el trabajador, detrás de esa forma de escribir, censura algunos aspectos de su personalidad y el temor a trabajar en equipo o a no cumplir con los objetivos del trabajo. Así, por ejemplo, pueden llegar a disimular fantasías, ideales o hasta las mismas sensaciones que le genera a ese trabajador el empleo que le toca desarrollar.
Pero, como en todos los órdenes de la vida, hay excepciones. Por ejemplo, Gentile aclara que una escritura con letras de gran tamaño puede significar una fuerte autovaloración del trabajador o bien la necesidad de transmitir un discurso incuestionable. Por el contrario, dibujar las letras en pequeño tamaño habla de la timidez.
“Como decía anteriormente, la letra de imprenta se asemeja a un traje que el empleado o el jefe usa todos los días en la oficina, pero cuando llega a casa se pone el jogging y desnuda toda su personalidad. Puede ser empresario, pero también padre, esposo, hermano o tío, mientras que en el trabajo sólo quiere mostrar un rasgo particular de su personalidad”, expresa Gentile. Esas dualidades quedan reveladas cuando, a través de la grafología, se compara un texto escrito en letras de imprenta con la firma de la persona.
La directora de Grafosíntesis indica que, en muchos ámbitos empresariales, suele decirse que la letra de imprenta representa una escritura burocrática desafectiva y formal. Y que, si una persona quisiera exteriorizar sus emociones o sus deseos, utilizaría la letra cursiva.

Los técnicos
¿Quiénes suelen utilizar la letra de imprenta como manera de comunicación diaria? Generalmente, suele observarse que los arquitectos, los ingenieros o los técnicos relacionados con la informática son los más proclives a usarla. “Les brinda cierta impronta de precisión, perfección, exactitud, detallismo o frialdad frente a sus pares y frente al resto de la sociedad”, puntualiza Gentile. Y esto está relacionado por el hecho de que esas personalidades suelen ser más frías y racionales a la hora de encarar un trabajo.
Quien escribe con letras de molde suele buscar fortalecer una imagen de perfección (una personalidad analítica), pero corren el riesgo de disminuir su espontaneidad (hacia una personalidad más reflexiva y emocional). La forma de escribir desnuda la personalidad de un trabajador. Gentile plantea si es conveniente mantener una imagen dura o de autoexigencia, o bien, permitirse un espacio para que broten de cada uno de los empleados o jefes los deseos, los proyectos y las emociones que también son necesarias en el mundo laboral.

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