Sólo en dos juzgados de los tribunales provinciales Administrativo y Comercial se registraron 411 divorcios en 2007, mientras que en 2004, en los mismos juzgados, hubo 260.
Si bien la gran explosión de pedidos en el país se produjo en 1988, un año después de que entrara en vigencia la ley 23.515 de divorcio vincular, en Tucumán la situación no se normalizó y el número de separaciones crece.
De enero a abril de 2007, contrajeron matrimonio 584 parejas en el Registro Civil de la capital y hubo 74 divorcios. En cambio, en lo que va de este año hubo 518 enlaces (66 menos) y 84 divorcios inscriptos (10 más).
Sin papeles
Según la encargada de la Sección Matrimonios del Registro Civil, Sandra González, todavía es grande la diferencia entre los matrimonios y los divorcios. “Realizamos 1.693 casamientos en 2007 y tuvimos 297 divorcios. Sin embargo, notamos una baja: la gente se casa menos. Comparando iguales períodos este año hubo menos uniones”, aseguró.
Desde la Cámara de Familia y Sucesiones, la presidente Graciela Valls de Romano Norri coincide con esta afirmación: “es absolutamente real que hay menos matrimonios y que, muchos, duran poco tiempo: hay más uniones de hecho (concubinatos) y más divorcios”.
De acuerdo con las estadísticas,el aumento es una constante y se da en todas las clases sociales. “Principalmente en las franjas de 30 a 35 años y de 40 a 50 años”, cuenta Valls.
La abogada, que durante siete años fue jueza de primera instancia, atribuye estas cifras a muchos factores, entre los que destaca la inmadurez de los jóvenes, la intolerancia y la falta de respeto en las parejas.
Lo grave
“Cada vez son más los chicos que ni siquiera llegan a cumplir los 3 años reglamentarios y quieren separarse. Los motivos que expresan son, por ejemplo: “ya no lo quiero como antes” o “me di cuenta de que no es la persona indicada para mi”, dice Valls. Y subraya: “lo grave es que, además de romperse esta unión, los hijos también padecen las consecuencias”.
Otro dato interesante es el valor que se le otorga al aspecto económico. “Llegan casos de parejas que se separan porque uno de los dos no quiere tener hijos, porque prefieren priorizar su desarrollo profesional”.
Dos audiencias
Según manda la ley, los cónyuges deben, antes de divorciarse, presentarse a dos audiencias conciliadoras obligatorias. “Pero son casos excepcionales los que dan marcha atrás después de estos encuentros; casi nulo”, comenta la abogada.
Los divorcios pueden llevarse a cabo por dos vías: una de común acuerdo que requiere la presentación conjunta o la contenciosa en la que, a partir de una demanda (por abandono voluntario y malicioso, injurias graves, intigación a cometer delitos o adulterio, entre otras) se inicia un juicio. “Lo más frecuente son las presentaciones conjuntas, son más rápidas y no exponen la intimidad de la pareja”, dice Valls de Romano Norri.