No quería luchar y por eso lo mataron

CREENCIA. Al ver una imagen del gaucho hay que tocar bocina.  ARCHIVO LA GACETA  CREENCIA. Al ver una imagen del gaucho hay que tocar bocina. ARCHIVO LA GACETA
14 Abril 2008
Antonio Mamerto Gil Núñez nació en 1847 en la localidad correntina de Mercedes. Según cuenta la leyenda, el Gauchito Gil era una especie de Robin Hood, ya que robaba a los ricos y repartía el botín entre los pobres. En esa época, los liberales -conocidos también como celestes- y los autonomistas -o colorados- eran dos bandos enemigos entre sí.
Se dice que el gaucho pertenecía a los colorados (por eso se ven las banderas rojas en su santuario),y que era una persona buena y siempre dispuesta a ayudar.
Antonio se negó a formar parte del ejército de los autonomistas ya que, según el gaucho, no se debía luchar contra los hermanos. Tras ser acusado de desertor por el jefe del Ejército, el Gauchito Gil fue condenado a muerte. Las leyendas detallan que los seguidores de Gil pedirían la clemencia para él ante el gobernador. Con la detención del gaucho comienza la verdadera leyenda. Antes de ser degollado, Gil dijo a un sargento: "no me mates que la orden de mi perdón está en camino". El sargento no le prestó atención, por lo que Gil le dijo que cuando llegara a su casa le darían la noticia de que su hijo estaba grave, a punto de morir. Le pidió que lo invocara para que intercediera ante Dios y lo salvara. El sargento comprobó que los dichos eran verdad y allí comenzó a hacerse popular la historia.

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