31 Enero 2008
LA GACETA / OSVALDO RIPOLL
Los chicos, cautivados por los videojuegos, y los padres, que buscan mantenerlos ocupados, han provocado que los cibercafés oficien de guarderías para menores. Pediatras y psicólogos dicen que los padres deben poner límites, ya que se corre riesgo de intercambio de datos personales o de acceso a sitios pornográficos o violentos.
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