"Criar a nuestros hijos significa saber qué hacen, qué consumen y ponerles límites"

"Criar a nuestros hijos significa saber qué hacen, qué consumen y ponerles límites"

La Sociendad Científica de Pediatría habla del rol de los padres y la importancia del diálogo en la familia.

31 Enero 2008
La tendencia creciente de niños que manejan internet y el desconocimiento de muchos padres sobre el manejo de la PC, pone en alerta a los especialistas que exhortan a establecer una política familiar para que exista un uso seguro y racional de la computadora. "Internet es como la calle, nos ofrece mucha información que puede ser útil pero que no está categorizada. Así como uno no deja a su hijo solo en la calle, no debe hacerlo con la computadora. Hay que orientar al chico y hablarle sobre temas de sexo o violencia para priorizar una educación segura", explica el doctor Juan José Novoa, secretario de actividades científicas de la filial local de la Sociedad Científica de Pediatría. Su par, el doctor Miguel Leguizamón, vicepresidente de la entidad, sostiene que los padres de hoy se muestran cada vez más desentendidos de la responsabilidad para con los hijos.
"Los nuevos padres optan por una crianza light empujados por la velocidad y competencia que dispone el sistema. Le dedican mucho tiempo al trabajo y priorizan los éxitos profesionales frente al tiempo que les dedican a los hijos, con el objetivo de conseguir una mejor calidad de vida. Una modalidad que está generando cada vez menos encuentros familiares", sentencia.
El tema de límites en internet es polémico entre los adultos y los niños son los que están en juego. A estas cuestiones, Novoa asegura que sí se puede ejercer control sobre los hijos. "Se pueden poner límites de tiempo, fomentar la práctica de deportes, desconectar la computadora o la instalación de internet si no están en casa. No hay que tener miedo de decir no", describe.
Para los profesionales, no es casual que muchos países del mundo estén tomando serias medidas de control. "El riesgo está y más allá de los filtros que puedan colocar los ciber o las tareas del Estado, son los padres los que deben marcar los valores, lo correcto e incorrecto, y establecer los límites. Los padres tienen que saber a qué ciber van, cuántas horas, qué ven e indicarles si está bien o no", asegura Leguizamón.Tanto en niños como adultos, cualquier cosa que se ve extraña o resulta desconocida despierta la curiosidad. "Los chicos se excitan con cuerpos desnudos desde los dos años y es saludable que quieran investigar o que les despierte curiosidad. Pero la pornografía está hecha para adultos, no para niños, y no se trata de sexo en la intimidad o en el marco de una pareja estable. También puede haber imágenes de orgías o promiscuidad y esos son los conceptos dañinos. Lo peligroso es que no haya orientación de los adultos", subrayó el doctor Novoa.

Un sitio seguro para que los chicos aprendan y jueguen
Existen, además de contenidos inapropiados, sitios web dedicados a los niños que pueden ser entretenidos e interesantes a la vez. Uno de ellos es el de Educalia, una organización que a través de su página de internet pone a los niños en contacto con el conocimiento a través del juego. En www.educalia.org se pueden encontrar actividades y proyectos que pueden realizar en familia o en forma individual , y su acceso puede ser en español o inglés.
Entre los proyectos que sugiere está un "Calendario Multicultural" en el que se pueden consultar eventos y festividades de distintos pueblos alrededor del mundo. Pulsando el cursor en cada imagen, proporciona detalles de la cultura de esa persona y sus fiestas más importantes.
Otra opción, "Ciudadanos del Mundo", conecta las diferentes áreas del conocimiento como las Ciencias Sociales, las Matemáticas, y la Tecnología en un juego multidisciplinario. Los participantes piensan, comparten y opinan sobre los motivos que llevan a una persona a cambiar de residencia y a reflexionar sobre el intercambio cultural a raíz de los desplazamientos migratorios.
Con la pretención de fomentar el consumo racional del agua, "Nuestro consumo de agua", otro juego, enseña a considerarla un recurso natural y, que aunque sea renovable, puede ser finito y por eso no hay que desperdiciarlo.

Los chicos y la computadora
- "Mi papá me pone horarios cuando me envicio todo el día. Aunque tengo computadora en mi casa, vengo al ciber porque tengo amigos. Todos los días juego y, en época de clases, me obligan a hacer las tareas y después puedo usar la computadora", dijo Agustín (10).

- "Tengo nueve hijos; seis mujeres y tres varones. Son los varones de 12 y 14 los que van al ciber. No los dejo más de una hora porque quiero que hagan deportes, lean o se dediquen a algo más productivo. Se me hace difícil ponerles límites pero no quiero que se creen una mala costumbre", contó Antonio (40), taxista.

- "Me gusta venir al ciber porque juego en red. Me hice de muchos amigos de distintas edades", contó Nicolás (15).

- "Todas las computadoras tienen filtro pero, a decir verdad, cuando los chicos se hacen más grandes saben como esquivarlos. Aquí está prohibido consumir pornografía cualquiera sea la edad o el horario, así que revisamos qué están viendo los usuarios", señaló Santiago (28) empleado de un ciber de la calle Lavalle.

- "Lo que más me gusta son los juegos pero a veces chateo también. Tengo amigos del colegio y otros desconocidos. No me da curiosidad conocerlos", afirmó Iván (10).

- "No van al ciber porque tengo computadora en la casa y le pedí al técnico que instalara un programa con filtros para quedarme más tranquila", señaló Elvira Ramírez, arquitecta y mamá de dos nenes.

- "El mínimo que vengo son tres horas. A veces me controlan y tengo que volver, pero si fuera por mí me quedaría todo el día", aseguró Octavio (13).

- "Dejo que los chicos vengan al ciber porque vienen a jugar. No tengo temor de que les pase algo porque no chatean. Conozco este lugar y sé que los cuidan, que no hacen nada más que divertirse", dijo Graciela, una mamá.

- "No siento que pierdo el tiempo. Quizás a otras personas les parezca más interesante leer o hacer otra cosa. A mí me gusta venir a enviciarme", indicó Matías(15).

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