31 Diciembre 2007
EXPECTANTE. La madre de Clara Rojas anhela reencontrarse con su hija y conocer a su nieto. REUTERS
BOGOTA, Colombia/CARACAS, Venezuela.- Patricia Perdomo no puede dejar de imaginar el beso que le dará a Consuelo González de Perdomo, su madre. Clara de Rojas sabe que ocurrirá lo mismo cuando se encuentre con su hija y cuando conozca a su nieto. Los parientes de las dos rehenes se preparan para recibirlas.
De hecho -según un artículo del diario "El País", de España- Patricia ya compró el regalo para su madre: un perfume. Sabe que se arriesga porque después de tanto tiempo en el monte es posible que a Consuelo ya no le interesen las fragancias. Igual le preparó un set. Sin embargo, de la fiesta de recepción no participará el esposo de la ex política, quien falleció de un infarto mientras ella estaba cautiva.
Clara de Rojas también preparó obsequios. Adquirió ropas para su nieto y un libro para la hija perdida hace más de seis años. Y en vísperas de la anhelada liberación, los miedos se disparan en las dos familias. "Dios quiera que todo salga bien", dijo de Rojas en Caracas, donde aguarda el desenlace del plan bautizado como su nieto (operativo Emmanuel).
La mujer contó que desde que su hija fue raptada por la guerrilla colombiana, pasaron muchos años. "Fueron tiempos largos, por lo que la expectativa es muy grande. Ojalá que todo se pueda resolver satisfactoriamente y con tanto cuidado como lo han venido planeando", anheló.
"Yo no quiero que el flagelo de los secuestros se vuelva a repetir ni se lo deseo a nadie. Deseamos que sean liberados todos los rehenes que tienen... están consumiendo sus vidas y existencias", declaró ante los micrófonos de la prensa. (Especial-DyN)
De hecho -según un artículo del diario "El País", de España- Patricia ya compró el regalo para su madre: un perfume. Sabe que se arriesga porque después de tanto tiempo en el monte es posible que a Consuelo ya no le interesen las fragancias. Igual le preparó un set. Sin embargo, de la fiesta de recepción no participará el esposo de la ex política, quien falleció de un infarto mientras ella estaba cautiva.
Clara de Rojas también preparó obsequios. Adquirió ropas para su nieto y un libro para la hija perdida hace más de seis años. Y en vísperas de la anhelada liberación, los miedos se disparan en las dos familias. "Dios quiera que todo salga bien", dijo de Rojas en Caracas, donde aguarda el desenlace del plan bautizado como su nieto (operativo Emmanuel).
La mujer contó que desde que su hija fue raptada por la guerrilla colombiana, pasaron muchos años. "Fueron tiempos largos, por lo que la expectativa es muy grande. Ojalá que todo se pueda resolver satisfactoriamente y con tanto cuidado como lo han venido planeando", anheló.
"Yo no quiero que el flagelo de los secuestros se vuelva a repetir ni se lo deseo a nadie. Deseamos que sean liberados todos los rehenes que tienen... están consumiendo sus vidas y existencias", declaró ante los micrófonos de la prensa. (Especial-DyN)
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