Actores y cantantes cuentan sus peores olvidos en vivo

25 Noviembre 2007
Corría la década del 50. La actriz Lidia Lamaison destilaba su talento frente a las cámaras del viejo Canal 7. Cipe Lincovsky era su interlocutora en un teleteatro que iba en vivo, y debía preguntarle: “¿Y vos qué pensás de Romualdo?” Lamaison no pensaba nada de nadie: su parlamento se había ido al tacho gracias a una endiablada travesura de la memoria. Profesional, y de las buenas, reaccionó: “disculpame un momentito”, dijo y salió fuera de cámara. Mientras Lincovsky resolvía sus nervios acomodando lo que había en la mesa, la otra leyó a las apuradas el libreto. “Creí que llamaban a la puerta mhija ¿Qué me preguntabas?”, volvió a escena, como si nada.
La anécdota -relatada por Víctor Sueiro en su último libro “Crónica loca”- es un espejo de lo que ocurre con frecuencia en cada escenario, sean actores, cantantes o disertantes sus ocupantes de turno. Y es que si Lamaison fue víctima de semejante laguna ¿cómo puede sobrevivir a ese tipo de accidentes cualquier otro artista?
Víctor Hugo Cortés -actor y director  tucumano- recuerda que daba vueltas.Que parecía una calesita. Recuerda que no recordaba nada. “Interpretaba la obra `Todos somos actores`. Estaba solo en el escenario con el público como único interlocutor. Me perdí y por varios minutos estuve caminando en círculos, sin saber qué hacer. Tuvo que salir otro actor antes de tiempo para dictarme cómo seguía mi texto”, se ríe.
El incidente que protagonizó el actor Alberto Benegas fue más evidente. “Ocurrió durante la obra `Esperando a Godot`. Un actor olvidó su letra y nos pusimos muy nerviosos. Yo debía entrar y decir `yo soy Pozzo`, pero en vez de eso dije `yo soy Godot` ¡Pasé a ser el personaje que se espera durante toda la obra y que, en realidad, nunca aparece! Mi confusión precipitaba el final porque con Godot, no había nada que esperar”, contó.
El actor Rolo Andrada rememora una laguna que a él le pareció un océano. “Realizábamos `La fiaca`. Tenía que hacer un monólogo, pero al salir al escenario la mente se me puso en blanco. Otra actriz se dio cuenta y corría de un lado a otro ofreciéndome café y preguntando qué pasaba. Yo la miraba como diciendo en qué obra estoy, pero sus gritos me volvieron al parlamento”, recordó.
La cantante Ivana Rasuk reconoció que muchas veces debió improvisar frente al público porque no recordaba cómo continuaba la letra de una canción. “Mientras la melodía rime no hay que hacerse problemas ”, se rió, y confesó que al final de algunos espectáculos la gente se le acercó para advertirle que se había equivocado.
Johnny Pacífico admitió que,en sus lagunas, concurre a la famosa técnica de inclinar el micrófono hacia la audiencia para que esta lo salve. “Si eso no es posible, los músicos me dictan cómo seguir”, señaló.

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