A menudo las caras y los nombres se olvidan con facilidad

Recomiendan recurrir a la asociación de ideas e imágenes para poder fijar en la mente la fisonomía de alguien.

25 Noviembre 2007
“Nunca olvido una cara. Pero en su caso, haré gustoso una excepción”, dice una irónica frase de Groucho Marx.
En realidad, muchas veces resulta difícil recordar el nombre y la fisonomía de una persona a la que se conoció ocasionalmente, a menos que se encuentre una forma de relacionarla con algo que permita recordar o hacer asociaciones. Cuanto más intensa sea la imagen que se tenga del nombre y de la persona, más fácil será recordarla.
En su “Programa de cuidados informales para la prevención de la salud en la tercera edad”, Arturo Sala y Mabel Núñez recomiendan que al conocer a una persona se proceda de la siguiente manera:
• Hacer una pausa antes de darle la mano, y aprovechar la pausa para concentrarse, aclarar la mente y evitar las distracciones.
• Mirar a la persona a la cara
• Tratar de escuchar su nombre claramente, asegurándose de no saludar a otra persona hasta entender correctamente el nombre.
Sala y Núñez sostienen que la memoria puede ser entrenada a través de pequeños “trucos” dirigidos a mejorar la atención. Uno de los problemas que llegan con los años, es la dificultad para prestar atención a dos o más actividades que se realizan al mismo tiempo.

Consejos prácticos
Para registrar toda la información que nos llega, hay que:
• Organizar una imagen visual del nombre u objeto que queremos recordar.
• Agrupar los recuerdos en listas de temas relacionados.
• Utilizar agendas o anotadores para registrar fechas, datos y nombres importantes.
• Usar reloj con alarma.
• Un cordón para sostener los anteojos.
• Dejar las llaves en un lugar en particular (y siempre en el mismo)
• Utilizar un “timer” para cocinar (como el de los hornos a microondas).
• Tener una carpeta especial para las cuentas a pagar.
• Exponer las cuentas y otras informaciones importantes a recordar en un lugar visible (como en la heladera).
• Tener siempre a mano un anotador con los teléfonos de emergencia (o tenerlos premarcados en la memoria del teléfono, y anotados los números respectivos en el mismo teléfono).
• Guardar los medicamentos en una caja o en un pastillero, anotar las dosis diarias de cada remedio en una libretita y tildarlos inmediatamente después de tomarlas.

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