Hacen falta docentes que estén bien motivados

La figura del director resulta fundamental en las escuelas chicas, mientras que en las grandes el prestigio de la institución estimula el entusiasmo.

09 Septiembre 2007
Un salario que le permita vivir decorosamente, sería la primera condición para que el maestro recuperara su dignidad. La segunda, que la carga horaria no fuera tan pesada y le permitiera tener la oportunidad de perfeccionarse. Hoy no le queda tiempo ni para corregir ni planificar la enseñanza, según advirtió la pedagoga Olga Morales, que tiene 45 años de experiencia en la materia.
“Si el maestro ganara mejor y tuviera tiempo para planificar, diseñar e innovar, y pudiera hacer una tarea estimulante, tendría una mejor imagen ante la sociedad”, resumió Morales.
La docencia perdió una importante cantidad de recursos humanos cuando la carrera de magisterio se convirtió en un nivel terciario. Muchas mujeres prefirieron optar por la universidad y dejar la docencia como una segunda o tercera posibilidad, en caso de que les vaya mal en la facultad.
“También hay muchos que trabajan durante el día y a la noche hacen un curso de docente, como quien aprovecha el tiempo que le queda. Todo esto hace que las personas no estén tan motivadas -opinó la académica-. En la práctica de la docencia, la motivación depende mucho del ambiente que se viva en la escuela. Se puede tener maestros motivados, entusiasmados, aunque ganen poco y no haya ni biblioteca en la escuela”.
A juicio de la profesora, en las grandes escuelas -como la Normal-, el solo prestigio de la institución estimula el entusiasmo en los docentes. “En las escuelitas chicas es importante la figura del director. Una persona que propicia, está dedicada y le pone empeño, deseo, obtiene respuestas positivas -agregó Morales-. También tienen que mejorar las condiciones de vida de la gente, para que la escuela no sea simplemente un comedor”.
Para Morales resulta inolvidable la figura de su maestra de 4º grado, María del Carmen Gómez, que le inauguró la pasión por la lectura cuando le entregó un libro como premio. “Después tuve profesoras muy buenas en la secundaria y también en la universidad. He tenido mucha suerte en mi vida”, dijo.