El término teatrista se extendió durante la segunda mitad de la década del 90 del siglo pasado, y hoy se ha impuesto en el vocabulario para designar a aquellas personas que cumplen las tareas de dramaturgia, dirección y actuación en las artes escénicas.
Los profesionales consultados por LA GACETA señalaron lo siguiente al respecto. “La palabra define a mi criterio la sinopsis ideológica en la que creemos. Y es que el teatrista es más que un actor, o un director, o un escenógrafo, es un trabajador del teatro. Engloba mucho más que los tres roles por los que se ha hecho referencia, sintetiza una actividad, una forma de trabajo, una concepción”, opinó Guillermo Montilla Santillán.
Para Marcos Acevedo, “las palabras que comienzan a usarse de pronto, me parece que más que responder a una moda vienen a intentar llenar un vacío o completar un sentido. Pienso que en los últimos años se ha multiplicado el acceso a la información, al conocimiento y a la formación. Creo que todo esto permite una profesionalización cada vez mayor de nuestra actividad, una especificidad, a la cual la palabra teatrista me parece se ajusta bastante”.
Pablo Gigena, en tanto, admitió que el límite entre actor, director y dramaturgo se ha esfumado más, y me parece bien. Sin embargo, no todos tenemos condiciones para escribir o dirigir "bien", es decir de manera plenamente consciente, genuina y libre”, dijo.