19 Agosto 2007 Seguir en 
EN PLENA DIRECCION. Jorge Gutiérrez (en el centro, de espaldas) imparte las instrucciones a los actores durante un ensayo de la obra “Antígona Velez”. LA GACETA
“Caraselva”, “Cara de caballo”, “La casa de Bernarda Alba”, “Antígona Velez”, “Yerma”, “Las sirvientas” y “O” son algunas de las numerosas puestas que dirigió Jorge Gutiérrez.
Fundador y director de La Baulera desde 1993, lideró al grupo cuando pegó un giro luego de la performance “Millones de argentinitos” para dedicarse a la producción de arte contemporáneo. Allí, Gutiérrez no sólo transitó la delgada frontera que divide al teatro de las artes visuales, sino que también asumió el rol de curador. Uno de sus más importantes trabajos en esta tarea fue la muestra organizada por el Fondo Nacional de las Artes, en el programa “Interfaces”, cuando tuvo que poner en diálogo a artistas de Santa Cruz y de Tucumán; o cuando curó una exposición de tucumanos, también para el Fondo Nacional de las Artes, en el programa “Pertenencias”.
Pero además, Gutiérrez ha participado regularmente como artista y como curador en la Feria de Arte Contemporáneo Arte-BA, donde obtuvo uno de los premios más importantes, de Petrobras. “Creo en la figura del artista como aquel que encara la producción desde cualquiera o todos los roles”, aclara Gutiérrez antes que nada, tras recordar que su primer trabajo fue como actor en “Juegos a la hora de la siesta”. “Pero la puesta en escena es algo que siempre estuvo mezclándose con mis procesos artísticos; porque la veía como una conjunción de otros lenguajes. De todos modos, cuando trabajo una idea no me planteo si esto pertenece a mi campo o no”, afirma.
En cuando al rol de curador, admitió que “aparece como una consecuencia que tiene que ver con los ensayos de gestión producidos desde La Baulera. De todos modos mis propuestas curatoriales siempre están relacionadas, más que a un recorte sobre el arte, a un juego dentro del arte mismo”, sostiene. En cuanto a los reconocimientos obtenidos, Gutiérrez define que los principales que obtuvo se refieren “a espacios de confianza para encarar nuevos proyectos, y tener el privilegio de trabajar con gente muy talentosa del medio”.
Fundador y director de La Baulera desde 1993, lideró al grupo cuando pegó un giro luego de la performance “Millones de argentinitos” para dedicarse a la producción de arte contemporáneo. Allí, Gutiérrez no sólo transitó la delgada frontera que divide al teatro de las artes visuales, sino que también asumió el rol de curador. Uno de sus más importantes trabajos en esta tarea fue la muestra organizada por el Fondo Nacional de las Artes, en el programa “Interfaces”, cuando tuvo que poner en diálogo a artistas de Santa Cruz y de Tucumán; o cuando curó una exposición de tucumanos, también para el Fondo Nacional de las Artes, en el programa “Pertenencias”.
Pero además, Gutiérrez ha participado regularmente como artista y como curador en la Feria de Arte Contemporáneo Arte-BA, donde obtuvo uno de los premios más importantes, de Petrobras. “Creo en la figura del artista como aquel que encara la producción desde cualquiera o todos los roles”, aclara Gutiérrez antes que nada, tras recordar que su primer trabajo fue como actor en “Juegos a la hora de la siesta”. “Pero la puesta en escena es algo que siempre estuvo mezclándose con mis procesos artísticos; porque la veía como una conjunción de otros lenguajes. De todos modos, cuando trabajo una idea no me planteo si esto pertenece a mi campo o no”, afirma.
En cuando al rol de curador, admitió que “aparece como una consecuencia que tiene que ver con los ensayos de gestión producidos desde La Baulera. De todos modos mis propuestas curatoriales siempre están relacionadas, más que a un recorte sobre el arte, a un juego dentro del arte mismo”, sostiene. En cuanto a los reconocimientos obtenidos, Gutiérrez define que los principales que obtuvo se refieren “a espacios de confianza para encarar nuevos proyectos, y tener el privilegio de trabajar con gente muy talentosa del medio”.
Lo más popular
