Un militante esperanzado e infatigable

Un militante esperanzado e infatigable

Punto de Vista. Por Esio Silveira Pres. Nac. de la Democracia Cristiana.

26 Junio 2007
Recordar a Arturo Ponsati en su trayectoria en la Democracia Cristiana (DC) es recrear un tiempo fundacional, difícil y apasionante; asolado por golpes de Estado y discusiones interminables entre socialcristianos, liberales, capitalistas y marxistas, en una Argentina que ya había vivido el nacimiento del peronismo y su enorme impacto histórico en todo el continente.
A su vez, dentro del pensamiento socialcristiano, la DC debía encontrar su lugar en competencia con un justicialismo, que también abrevaba en la misma doctrina filosófica pero cargaba, además, con toda la herencia de las organizaciones de trabajadores y otros sectores sociales. Estaba también la tentación en los jóvenes de todo el continente de seguir la experiencia de Cuba de la lucha armada, como una manera de apurar el parto de una nueva historia.
En este contexto la figura de Ponsati cobró un relieve notable. Junto a Horacio Sueldo, construyen un aporte teórico, político y programático que hasta la actualidad mantiene su vigencia. Y no fue sólo en la teoría: en la práctica fue un esperanzado e infatigable militante. Quedó para siempre una frase suya, como estímulo para seguir luchando aún cuando parece inalcanzable el objetivo; Arturo decía: “Hay que poner un suplemento de alma”.
El sigue viviendo en la memoria y en el entrañable afecto de todos los demócrata cristianos.