Desde la banca, impulsó ideas innovadoras y controló el poder

Desde la banca, impulsó ideas innovadoras y controló el poder

Ponsati fue diputado entre 1989 y 1991. Entre sus iniciativas figuran la creación de Tribunales de Justicia Vecinal.

DISCURSOS BIEN PENSADOS. La elocuencia de Ponsati caracterizó una época de la militancia política.  ARCHIVO LA GACETA DISCURSOS BIEN PENSADOS. La elocuencia de Ponsati caracterizó una época de la militancia política. ARCHIVO LA GACETA
26 Junio 2007
Arturo Ponsati tuvo un breve pero reconocido paso por el Poder Legislativo provincial. Asumió una banca como diputado a fines de 1989 y terminó su mandato abruptamente, en enero de 1991, cuando se produjo la intervención federal (le restaba por cumplir más de la mitad de su mandato).
Su labor estuvo signada por iniciativas de fondo sobre asuntos que se siguen discutiendo como problemas de Estado. Bucear en sus ideas permite, aún hoy, contar con una visión alternativa de la solución de muchos aspectos de la vida comunitaria desde el pensamiento de la Doctrina Social de la Iglesia.
Entre sus proyectos más destacados figuran los referidos a la Ley General de Educación y a la emergencia educativa (propuso una mejora en los haberes de los maestros mediante un fondo especial integrado, entre otros rubros, con los gastos de los bloques parlamentarios), que pudo desarrollar parcialmente mientras fue Secretario de Educación; el Banco de Tierras Urbanas, para crear barrios populares (se complementaba con una ley de regulación dominial); el Consejo Provincial de la Familia, con especial atención a los menores en situación irregular; la Fiscalía de Investigaciones Administrativas para luchar contra la corrupción y los Tribunales de Justicia Vecinal, en donde se atenderían las causas dominiales y los conflictos de menor cuantía.
En los problemas de carácter institucional, el referente democristiano quiso imponer a la Provincia que coparticipe a municipios y comunas los recursos enviados desde la Nación; reducir la partida de los gastos reservados del gobernador y suprimirla para el resto de los funcionarios; lograr la plena autarquía financiera del Poder Judicial y defender en forma amplia el medio ambiente (particularmente, el parque 9 de Julio), al habilitar al Siprosa a clausurar establecimientos que contaminen el aire.
También defendió la asistencia social a cargo del Estado, con la conformación de un fondo de ayuda económica especial para operaciones quirúrgicas de alta complejidad; fomentó la conformación de centros vecinales; pidió la prohibición del boxeo; propuso volver a ubicar a los menhires en su lugar original (como luego ocurrió) y planteó la necesidad de controlar las relaciones de trabajo doméstico, tema que está hoy en debate legislativo.
Ponsati logró su escaño en una alianza con el Partido Justicialista, pero desde su cargo fue un implacable fiscal de la actuación de los poderes del Estado. Así, en reiteradas oportunidades, exigió informes sobre prácticas y conductas que consideraba reñidas con el deber ser del político en la función pública y por supuestos hechos anómalos, y solicitó la interpelación de numerosos ministros.