RESISTE. Pese a los malos resultados en la primera mitad de la temporada, Max Verstappen parece no resignarse en la lucha por el campeonato de pilotos.. FOTO TOMADA DE X.COM/MAX33VERSTAPPEN
Títulos alternativos para el resumen de lo que pasó en el Gran Premio de Las Vegas de F-1: “Tremenda muestra de carácter de Max Verstappen para ganar”; “Por descalificación de ambos autos, golpe a la mandíbula para McLaren”; “Campeonato de pilotos impensadamente abierto con dos fechas y media por correr”; “Se vienen dos fines de semana de película en el desierto”; “Pasó otro bodrio de carrera en la que (casi) no pasó nada”; “Las penurias de Alpine no tienen fin” (este hasta tiene rima); “Colapinto vio la bandera a cuadros pero sufrió las de Caín”. Y así podríamos seguir y seguir, pero quedó “Oro, barro y los juegos del poder en la F-1”, y a continuación sabrán el porqué.
Casi dos horas después del desmesurado espectáculo de fuegos artificiales de cierre de Gran Premio (sobre el cual se volverá al final), llegó el golpe de escena que había faltado en la pista: los McLaren no habían superado la revisión del desgaste de la parte trasera del fondo del auto. Y cuatro horas después de finalizada la competencia (ya en la madrugada estadounidense) y tras una injustificada e inexplicable demora, se conoció el informe oficial. Y de esta manera el campeonato dio un giro absolutamente inesperado.
Ante lo sucedido, tomen apuntes y agenden: en una semana se correrá el GP de Qatar, con Sprint y final. Esto representa una carrera y media, con 33 puntos como máximo para sumar. Y a la siguiente semana (7 de diciembre), el GP de Abu Dhabi, que otorgará 25 unidades al ganador. Suma tope: 58 puntos. En las posiciones, Lando Norris está puntero con 390, Verstappen y Oscar Piestri con 366. Esto es, tensiones al rojo vivo en la definición del certamen de pilotos luego de la descalificación de McLaren de Las Vegas, lo que dejó la pelea por la cima a 24 puntos de diferencia. Norris ya no ostentará una enorme comodidad, aunque ganar su primer título sigue dependiendo de él mismo: con terminar tercero en Qatar, tanto en el sprint como en la carrera principal, y repetir esa posición en Abu Dhabi, se consagrará, aunque el neerlandés y su Red Bull ganen todo. Por todo esto, lo que viene, ¿se lo van a perder? Anoten los horarios para el desafío qatarí: sábado 29, sprint desde las 11 y clasificación a partir de las 15; domingo 30, final desde las 13.
Cada punto en juego en Qatar cotizará en oro. Vale un detalle: la FIA y Pirelli (proveedora de neumáticos) confirmaron que en esa carrera a 57 vueltas será obligatorio hacer dos paradas en los pits. Esto se debe al desgaste elevado que generan las curvas rápidas del circuito de Lusail, de una longitud de 5.419 metros. Por esto, ningún piloto podrá recorrer más de 25 vueltas con un mismo compuesto. Y después de este desafío, si persiste la disputa por el N°1, habrá que trasladar toda la expectativa a lo que suceda en Abu Dhabi.
En Las Vegas para Colapinto, por extensión para Alpine, fue otra carrera cuyo resultado arrojó otra enorme porción de resignación deportiva. Esto es, para todo competidor que se precie, el barro mismo. El desarrollo del GP fue la misma película de prácticamente todo el año para la escudería francesa; el final dejó en la tabla clasificatoria a Pierre Gasly 13° y al bonaerense 15°. Este último, sin ninguna opción real de pelear por algo digno, confirmando que el A525 es el último coche de la grilla, por más que se esfuercen los corredores. Franco hizo una buena salida, sacó provecho del caos de la primera curva y se ubicó delante de media jungla de feroces fieras desbocadas por una mejor posición, pero Alex Albon lo tocó por detrás y le dañó el bólido, partiéndole parte del difusor. Desde ahí, lo suyo fue un ejercicio de supervivencia: sobreviraje constante, sin apoyo atrás y sin ritmo. Es decir, barro puro. Lo único bueno es que pudo llegar a la meta y sumar kilómetros.
Y llegamos ahora a los juegos del poder. Y vienen con preguntas: ¿hasta cuándo se van a sostener carreras como las de Las Vegas o Montecarlo? ¿El dinero lo vale todo? ¿Es mejor el show mediático que el deporte en sí mismo? La prueba en el trazado urbano de la ciudad estadounidense de Nevada pretende ser un espectáculo de los típicos que se montan en el país del norte. Pero se cometen excesos. Este año volvió a haber problemas con las alcantarillas, tal como se vio el viernes cuando la segunda sesión de entrenamientos se paró con bandera roja por este motivo. Y la final fue un trámite de autos en general sin agarre, sin gran ritmo, con tramos de pura especulación y con adelantamientos casi exclusivos en la recta. Hay mucho neón, sí; hay mucho cartel gigantesco, también. El show está, sin dudas, pero lo que no se puede negar es que se ve poco automovilismo.
Como cierre y remitiéndonos a esto último, lo que pasó con Colapinto al final del GP, cuando enfrentó a los micrófonos para explicar su carrera. Iba a mitad de sus declaraciones cuando estalló un festival de fuegos artificiales. "No te escucho nada, boludo", dijo, tapándose el oído. "Hay perros… los animales. Son las 10 de la noche", siguió el bonaerense. El remate es aún más insólito, con el piloto mirando al cielo con cara de resignación: "¿Se creen que es Navidad, boludo? ¿Sabés lo que vale, loco? What the fuck? El dinero que se gastan en esa pelotudez…".
En medio de un estado emocional de pura resignación, sin filtro, un Colapinto en estado puro, criticando el espectáculo de luces y ruido que Las Vegas montó y que duró varios minutos. La carrera ya era historia sin haber entregado fuego en la pista. Pero el show debía seguir, esta vez encendiendo un fuego, pero de artificio.









