Robert Redford (izquierda) con su hijo James al lado. Gentileza ABC
La muerte de Robert Redford, a los 89 años, no solo pone fin a la vida de una de las leyendas más grandes de Hollywood, sino que también reaviva la memoria de las tragedias familiares que el actor y director debió enfrentar a lo largo de su vida.
Detrás de la imagen de galán y del ícono del cine, su historia personal estuvo atravesada por pérdidas dolorosas, especialmente las de dos de sus hijos.
La muerte de su primer hijo, Scott
En 1958, Robert Redford se casó con Lola Van Wagenen, con quien formó una familia que parecía destinada a la felicidad. Sin embargo, apenas un año después del nacimiento de su primer hijo, Scott, la tragedia golpeó con fuerza. El bebé murió en 1959, a solo dos meses de vida, debido a un síndrome de muerte súbita infantil.
Ese golpe marcó profundamente a la pareja, aunque lograron seguir adelante. Juntos tuvieron tres hijos más: Shauna (1960), James (1962) y Amy (1970).
La dolorosa pérdida de James
Décadas más tarde, en 2020, Robert Redford volvió a enfrentar una tragedia que lo afectó duramente: la muerte de su hijo James, a los 58 años. James Redford había sido diagnosticado con una enfermedad hepática autoinmune, la colangitis biliar primaria, que derivó en la necesidad de un trasplante de hígado. Pese a los esfuerzos médicos, falleció el 17 de octubre de ese año.
James, además de ser guionista y director de documentales, había fundado la organización Redford Center, dedicada a promover proyectos medioambientales, una causa que lo apasionaba y que compartía con su padre.
Un dolor que acompañó su vida
A lo largo de su trayectoria, Robert Redford rara vez habló en público sobre estas pérdidas, pero en entrevistas admitió que el dolor por la muerte de Scott y James lo acompañó siempre. Sin embargo, su vida personal y profesional se sostuvo en gran parte gracias a sus otros hijos y a la compañía de su esposa, la pintora alemana Sibylle Szaggars, con quien se casó en 2009.







