08 Agosto 2025
La realidad laboral en el Día de San Cayetano: “Buscar trabajo también es un trabajo”
Jóvenes sin experiencia, mujeres excluidas, pluriempleo y salarios en negro. En el marco del Día de San Cayetano, el análisis de una consultora en recursos humanos expuso las desigualdades del mercado laboral provincial.
BANDERINES. La imagen de San Cayetano recorrió el barrio por la tarde. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL
Fue el sacerdote Domingo Falgioni, director espiritual de los Círculos de Obreros Católicos, quien promovió la imagen que conocemos de San Cayetano en medio de la crisis económica global de 1929 que dejó a miles de argentinos sin empleo. Desde entonces, el santo se convirtió en un símbolo para los trabajadores y trabajadoras que rezan por un futuro con menos incertidumbre.
En 2025, esa plegaria no perdió vigencia. En Tucumán, conseguir un empleo formal y estable es todavía un privilegio. La precarización, la informalidad y el desempleo juvenil dibujan un mapa laboral desigual, que empuja a muchas personas a buscar respuestas no solo en los portales de trabajo, sino también en la fe.
BAJO LA LLUVIA. Los paraguas fueron los protagonistas de la caminata.
Según el informe más reciente del Indec del primer trimestre del año, la desocupación en el Gran Tucumán–Tafí Viejo alcanzó el 7,9 %. Esto representa unas 33.000 personas sin empleo. Si bien la cifra no parece alarmante en comparación con otras épocas, muestra una suba respecto al 6,4 % del trimestre anterior.
Romina Alurralde, consultora organizacional y asesora en Recursos Humanos, advierte que el número esconde una realidad más compleja: “La tasa general puede parecer estable, pero la calidad del empleo es muy baja. La informalidad crece y los jóvenes son los más perjudicados”.
Mayor informalidad
Uno de los datos más preocupantes del informe que Alurralde presentó es que más de la mitad de los asalariados en Tucumán (el 51,4 %) trabaja en condiciones informales. Es decir, sin aportes jubilatorios, sin cobertura de obra social y sin la protección legal que garantiza un contrato formal. Son 130.000 personas que, aunque tengan trabajo, están fuera del sistema. “Hoy no alcanza con contar ocupación. Hay que hablar de trabajo decente. Si no hay derechos, no hay verdadera inclusión laboral”, remarca Alurralde.
RECUERDOS. Los peregrinos grabaron la ceremonia con sus celulares.
Los jóvenes en el margen
La franja etaria más golpeada por la falta de oportunidades es la de los jóvenes. Mientras que entre los adultos de 30 a 64 años el desempleo ronda el 4,5 %, entre quienes tienen entre 14 y 29 años sube al 13,1 %. Entre las mujeres jóvenes, ese número es aún mayor: más del 14 %.
Pero el dato más alarmante no está en la desocupación, sino en la informalidad: el 75,4 % de los jóvenes tucumanos de entre 18 y 24 años tiene un trabajo “en negro”, un porcentaje muy por encima del promedio nacional.
DEVOCIÓN POPULAR. Cuatro cuadras de fieles acompañaron la procesión que partió bajo la llovizna desde la parroquia en avenida Brígido Terán.
“Desde que estudio este tema, siempre fueron esas edades las más perjudicadas. Les cuesta tener solvencia con un solo trabajo, los contratan con la mitad del sueldo en blanco o los excluyen de los requisitos por no tener experiencia”, advierte Alurralde.
EN LOS BRAZOS. Una devota camina junto a su imagen de San Cayetano.
Frente a esta realidad, el pluriempleo se convierte en una salida forzada. Uno de cada cuatro trabajadores en Tucumán (25,5 %) realiza más de una actividad para poder sostenerse. Las changas, los emprendimientos informales y los trabajos freelance son una constante. La jornada laboral no termina con el primer empleo.
Sin garantía de dignidad
“La pérdida del poder adquisitivo empuja a buscar ingresos extra. Pero eso también es precarización. Vivimos cansados, sin estabilidad, sin acceso a una cobertura médica, sin vacaciones pagas”, resume la especialista.
El fenómeno de la informalidad también se vincula con otra cifra estructural: el 40,8 % de la población en el Gran Tucumán es pobre. Eso representa unas 378.000 personas. En muchos casos, esas personas trabajan, pero no logran cubrir sus necesidades básicas. El empleo ya no es garantía de dignidad.
COLECTA. Los jóvenes devotos juntaron donaciones de dinero para los más necesitados.
“Estamos frente a un mercado laboral cada vez más fragmentado. La automatización, la robótica, la inteligencia artificial están transformando el panorama, pero no se acompaña con políticas de inclusión”, señala Alurralde.
Mantenerse actualizado
Desde la consultoría estratégica que lidera, Romina observa una demanda creciente de jóvenes interesados en mejorar su perfil profesional. “Quieren diseñar su marca personal, destacarse. Algunos se agrupan con amigos y emprenden sin un modelo de negocio claro, pero con muchas ganas de explorar lo que les gusta. Eso es valioso”, señala.
GUÍA ESPIRITUAL.El párroco encabezó la procesión junto a un grupo de monaguillos.
Sin embargo, advierte que no basta con el entusiasmo. “El mercado exige reskilling permanente. Hay que adquirir nuevas habilidades, aprender a usar herramientas digitales, adaptarse. Si no lo hacemos, quedamos fuera”, dice.
Cambio pendiente
Alurralde forma parte de la Comisión de Diversidad, Equidad, Igualdad y Pertenencia de Adrha NOA (la Asociación de Recursos Humanos de Argentina), donde trabajan para modificar las prácticas de contratación.
FE AMBULANTE. Vendedores callejeros ofrecían banderines del santo.
“Hay sesgos que todavía persisten en muchas empresas: se elige hombres en lugar de mujeres, no se contrata a embarazadas, se buscan estudiantes para pagar menos, se exige experiencia a chicos de 18 años. Tucumán necesita un cambio profundo en esa mirada”, advierte.
“La empleabilidad se trabaja. Hay herramientas, pero hay que planificarlas. Buscar trabajo también es un trabajo”, resalta la profesional.
Alurralde sugiere que cada persona, especialmente los jóvenes, elabore su propio FODA personal: fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas. “Eso les da un punto de partida para entender qué necesitan mejorar y cómo pueden destacarse en un mercado saturado y desigual”, asegura.
Reskilling y upskilling: tecnología y nuevos desafíos laborales
“La sociedad está bajo presión porque convivimos en un entorno absolutamente tecnológico”, explicó una especialista en Recursos Humanos, al referirse a los desafíos que plantea el avance digital en el mundo laboral. En algunas áreas de la provincia, ya se están automatizando tareas, lo que genera la necesidad urgente de reconvertir perfiles. Dos conceptos clave en este contexto son reskilling y upskilling. El primero, conocido como reciclaje profesional, consiste en adquirir nuevas habilidades para desempeñar un puesto diferente dentro de la misma empresa. En cambio, el upskilling implica mejorar las competencias actuales para realizar mejor el mismo trabajo o asumir mayores responsabilidades. “Cuesta, pero es necesario impulsar el reskilling”, subrayó la especialista.
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