¿Por qué la imagen más sencilla nos conmueve, se lleva la atención y despierta la curiosidad de quien la mira? Porque hay una historia detrás de esa fotografía, aunque es una imagen de bajo impacto visual, pobre composición y calidad técnica.
El gesto desconsolado de esa mujer menuda que llora la partida de su amigo es sólo una capa, una pequeña parte de una profunda amistad que une a dos personas que dedicaron su vida a los desposeídos.
Sor Geneviève Jeanningros era sobrina de Léonie Duquet, una de las religiosas francesas asesinadas durante la última dictadura militar argentina; una historia que se conoce como el caso de la Iglesia Santa Cruz. En ese grupo de doce personas (como los apóstoles) estaba también Esther Ballestrino de Careaga, quien había sido jefa de Bergoglio en su etapa como técnico químico. Víctimas de los vuelos de la muerte, el mar devolvió los cuerpos y fueron enterrados en una fosa común en el cementerio de General Lavalle. El médico que hizo las autopsias se llamaba Roberto Dios. En 2003 fueron identificadas cinco personas, hoy sepultadas en los jardines de la Iglesia Santa Cruz, en el barrio de San Cristóbal, en Buenos Aires.
Años más tarde, Genevieve brindó testimonio en uno de los juicios contra Alfredo Astiz, en los tribunales de Comodoro Py, experiencia que sellaría una profunda amistad con Francisco, quien desde el Vaticano promovió la apertura de archivos sobre la represión ilegal en nuestro país.
El famoso “hilo rojo” los unió hasta el final, en la Catedral de San Pedro, ante los ojos del mundo.
Elección semanal: “La mejor foto” de LA GACETA
La foto de sor Geneviève Jeanningros, la monja que supo romper el protocolo y lloró frente al ataúd del papa Francisco en su funeral, fue impactante. Tanto que, pese a -según los entendidos- su “pobre composición” se ganó un premio que inauguramos en LA GACETA. “La mejor foto de la semana” será una sección que, a partir de ahora, nuestro diario. Los editores elegirán la mejor foto durante cada semana.
En este caso, la muerte del Papa Francisco se llevó literalmente todos los flashes por lo que los jefes de diseño y fotografía, Diego Aráoz y Sergio Fernández, propusieron un top 5 de imágenes que nos dejó la muerte de Francisco. La de la monja y la del féretro del Papa llevado entre la multitud de personas. Por poco, se impuso la de la monja.