De las inferiores a la Primera: la lucha por un debut en San Martín

De las inferiores a la Primera: la lucha por un debut en San Martín

El defensor, Alejandro Galván, persigue un sueño desde su llegada al club con apenas 15 años

Prensa San Martín

El 20 de noviembre de 2021 quedó marcado para Alejandro Galván. Ese día, el defensor firmó su primer contrato profesional con San Martín. No era un hecho menor en su carrera: llevaba seis años en el club y, por primera vez, sentía que estaba cerca de formar parte del plantel de Primera. La noticia desató la euforia familiar, pero al mismo tiempo cargó de responsabilidades al joven zaguero, que entonces tenía 19 años. Tres años después, Galván sigue soñando con hacer historia con la camiseta del “Santo”.

Galván llegó a San Martín en 2014, cuando tenía 15 años. Había dado sus primeros pasos en el club Experimental, de Las Talitas, y decidió probar suerte en las inferiores del “Santo” gracias a la insistencia de un tío. “Él me llevó. No tenía mucha confianza de que iba a quedar, pero, después de varias charlas, me convenció. Éramos como 60 chicos y solo quedamos dos”, recordó.

El cambio de club lo impactó. La intensidad de los entrenamientos y las instalaciones despertaron su curiosidad. “Tenía que exigirme muchísimo para mantenerme en el club”, señaló.

Por entonces, encontrar el equilibrio entre la escuela y el fútbol era un desafío. Su rutina empezaba a las 7, cuando asistía al colegio Nacional, y terminaba a las 20, tras regresar del complejo Natalio Mirkin a su casa. “El gasto en boletos de colectivo era enorme. Volvía del colegio, mi vieja me tenía preparada la comida y, después, me tomaba el 101 cartel azul en la esquina de mi casa. Me bajaba en la calle Santiago y tomaba el 106 para llegar al club. Esa era mi rutina diaria hasta que cumplí 18. Ahora voy en moto”, relató.

Prensa San Martín

En aquellos años, Galván pensó en dejar el fútbol más de una vez. Durante un tiempo, practicó boxeo con unos familiares y consideró dedicarse a ese deporte. Sin embargo, cambió de opinión tras conversar con su padre. “A los 16 años no quería jugar más, pero mi papá habló conmigo sobre todos los esfuerzos que había hecho para que entrenara. Eso me hizo cambiar el chip y dedicarme al 100 % al fútbol”, confesó.

Durante su formación, cambió de posición: comenzó como “5” de marca y luego pasó a ser defensor central. “Un profe me probó en esa posición y quedé para siempre. Me gustó porque tenía que estar atento, saltar a cabecear y ser muy fuerte en cualquier situación”, explicó. A los 17 años, comenzó a formar parte de la Primera de la Liga Tucumana y, dos años después, firmó su primer contrato profesional. “Lo primero que pensé fue en todo el sacrificio que hice a lo largo de estos años. Se lo conté a mis padres. Fue lo más lindo que viví”, recordó.

Con su primer sueldo, decidió invertir en un auto. “Mi papá me había regalado uno, pero lo cambié por un modelo más actual”, añadió.

A partir de ese momento, enfocó todas sus expectativas en el fútbol. “Pensaba estudiar para ser policía, pero surgió la posibilidad de irme a otras provincias y no lo dudé”, contó. En 2022, disputó el Regional Federal Amateur con San Lorenzo de Alem, de Catamarca, y en los años siguientes jugó la misma competencia con Unión Santiago, de Santiago del Estero.

El llamado de Ariel Martos fue una sorpresa para Galván. Lo considera su oportunidad para demostrar su talento. “El sueño es jugar de manera profesional. Para eso nos preparamos siempre: para disfrutar este deporte”, expresó. Ahora, dará todo de sí para ganarse un lugar en el plantel 2025 y cumplir su anhelado debut en la Primera del “Santo”.

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