10 Mayo 2024
¿Cómo detectar el autismo en adultos?
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una afección que se manifiesta a nivel cognitivo y del comportamiento. Cuando las personas tienen un año de vida, ya pueden ser diagnosticadas, aunque cumplir más décadas y no saber que se padece de este trastorno también es posible.
Los TEA son discapacidades del desarrollo del cerebro. Estas no manifiestan ningún rasgo físico y diferenciador, sino más bien las distinciones se encuentran en la manera en que las personas se comportan, comunican e interactúan, provocando que muchas veces estas tengan dificultades para formar y mantener amistades o para entender cuáles son sus roles en la escuela o el trabajo.
El autismo en edades más avanzadas: ¿por qué llegamos a adultos sin ser diagnosticados?
El autismo no es una enfermedad, sino una condición innata o una forma de ser. Esta suele diagnosticarse en la infancia ya que los profesionales de la salud están más acostumbrados a detectarlo cuando somos pequeños debido a los protocolos que se llevan a cabo.
María Verde Cagiao, psicóloga del área de Investigación de Autismo España explica que los cuestionarios de evaluación “contienen preguntas que hacen referencia a la infancia de la persona y esa información es difícil de recuperar cuando se es adulto y, en ocasiones, los padres ya no están”.
El diagnóstico en la edad adulta sigue siendo muy frecuente y esto se debe a la sintomatología variada y a veces poco aparente de los TEA. A menudo muchos profesionales de la salud no perciben esta condición y proporcionan diagnósticos erróneos, sobre todo en el caso de las mujeres ya que estas pueden tener una presentación del autismo más atípica y tienden a camuflar los síntomas, según indica Berta Massaguer Bardají, coordinadora clínica de neurodesarrollo.
La depresión y la ansiedad pueden ser causas de un autismo no detectado
Muchas veces los diagnósticos se producen indirectamente en los padres cuando acceden a una consulta por sus hijos. A raíz de la detección de los más pequeños pueden descubrir que los mismos también se encuentran dentro de este espectro. El diagnóstico en la edad adulta puede incluso resultar un alivio o una respuesta a otros problemas de salud mental recurrentes, como la ansiedad o la depresión “ debido a que se tienen que pelear en el día a día con su entorno”, indicó Verde.
Otra barrera para un diagnóstico certero y temprano es la gran heterogeneidad de los síntomas del autismo en adultos, que en esencia pueden ser los mismos de los niños, pero que también difieren porque se plasman en un momento vital distinto. Así, en el caso de los niños se tiende a observar cómo es su juego (si es social o solitario, si tiene una cierta tendencia a ser repetitivo, si presenta dificultades en el juego simbólico), pero esta perspectiva no es útil para diagnosticar a los adultos porque destinan su tiempo a otro tipo de actividades.
¿Cuáles son los signos del autismo?: las maneras de detectar la condición
Los signos que indican que una persona tiene esta condición son variados, algunos de ellos pueden ser: Tener un tono de voz inusual; realizar expresiones faciales, movimientos y gestos que no coinciden con lo que se está diciendo; tener un interés intenso y prolongado en ciertos temas; presentar falta de responsabilidad y tener dificultades para realizar las tareas del hogar o mantener un trabajo estable; tener dificultad para seguir las conversaciones; modular de forma intermitente o evitar el contacto ocular; dificultades para comprender el punto de vista de otra persona.
Un rasgo muy común es la dificultad para las relaciones interpersonales y la incomodidad que estas personas experimentan en muchos entornos sociales. Junto al escaso éxito social, Verde resalta que en muchos casos parecen maniáticas u obsesivas.
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