Recomendaciones para evitar o alivar la otitis externa o “del nadador”

Recomendaciones para evitar o alivar la otitis externa o “del nadador”

Sumergirse en el agua seguido puede causar infecciones. Conocé cómo cuidarte y evitarlas.

REVISIONES. Visitar con frecuencia al médico puede evitar infecciones. REVISIONES. Visitar con frecuencia al médico puede evitar infecciones.
09 Febrero 2024

La otitis externa ocurre con más frecuencia durante el verano debido a las altas temperaturas. Afecta sobre todo a los niños cuyas edades rondan entre los cero y los siete años, ya que las visitas a las piscinas se vuelven más habituales para resguardarse del calor. No obstante, puede producirse en cualquier otra estación del año, siempre que haya contacto constante con el agua.

Este tipo de infección se suele originar a través de bacterias u hongos que se encuentran en el agua y que entran en contacto con el conducto auditivo al sumergir la cabeza durante un largo período de tiempo.

Cuando esto ocurre, el conducto auditivo se inflama y se produce un fuerte dolor, que aumenta si se toca la zona del oído.

“El 84% de las otitis externas, también conocidas como “otitis del nadador”, se originan en verano, puesto que la combinación de agua y calor favorece su aparición”, explica el doctor Daniel De La Torre Diamante, referente de Med-el, compañía que se dedica a la investigación en el área de perdida de la audición. El profesional agrega: “existen pacientes que tienen otitis externas a repetición por otros factores como, por ejemplo, dermatitis en la piel del conducto auditivo externo o la oreja.” Para estos casos, lo ideal es evitar el contacto con el alérgeno más frecuente que suele ser la espuma del shampoo, por lo cual se indica tapar los oídos a la hora de bañarse.”

Signos de alarma

De la Torre Diamante desarrolló una serie de factores de riesgo y alarmas a tener presente para evitar la otitis externa:

• Picazón o sensación de tener la oreja taponada, puesto que, en el peor de los casos, puede incluso llegar a producir pérdida auditiva que suele ser temporal

• Humedad ambiental

• Temperatura elevada

• Sudoración excesiva

• Contaminación de las aguas

• El uso de hisopos para retirar el cerumen en el conducto auditivo externo

• En algunos niños puede estar acompañada de secreciones, problemas para dormir, falta de apetito y decaimiento

Otitis externa

Las aguas abiertas (mar o lagunas) suelen tener gérmenes que pueden infectar los tejidos de nuestros oídos, por lo cual lo ideal es no pasar mucho tiempo bajo el agua. En casos de aguas cloradas lo ideal es que luego de la sumersión el oído quede seco, para esto se puede eliminar el exceso de agua y si aún se siente humedad puede utilizarse unas gotas de alcohol boricado para secar dicha humedad.

“Para las personas propensas a padecer otitis es importante secar muy bien los oídos con una toalla limpia o con un secador de pelo, además de utilizar gorro de baño a la hora de meterse al mar o la piscina. Además, se debe evitar el baño en piletas sin depurar o en sitios con aguas estancadas, puesto que son lugares donde proliferan las bacterias”, comenta el médico referente de Med-el.

Según la Soc. Argentina de Pediatría (SAP), el 51% de los casos a nivel global ocurre en niños menores de 5 años (más de 700 millones/ año)(2). Además, antes de los 3 años, el 70% de los niños presentan al menos un episodio de otitis media aguda y un tercio de ellos presentan 3 o más (3).

Otitis de verano

Ante la aparición de los síntomas (dolor de oído, supuración, pérdida auditiva) es fundamental consultar a una guardia de otorrinolaringología para confirmar el diagnóstico y empezar un tratamiento con antibióticos y corticoides vía oral en caso de ser una infección bacteriana o antimicóticos si se padece una otomicosis. Debe evitarse la automedicación y no se debe tocar la zona afectada.

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