Viñetas en el aula

Entrevista al Profesor Alejandro Álvarez, un docente que ama el cómic y lo utiliza como elemento de enseñanza

31 Ago 2020


¡Crash! ¡Boom! ¡Bang! Son onomatopeyas que llaman la atención, prometen ese tipo de acción en donde hay muchas cosas que se rompen.  Ahora imaginen las viñetas donde aparecen, ¿Serán 3, 5, una página? Lo importante es que atraen y generan un magnetismo suficiente como para sortear uno de los mayores desafíos de todo docente, que sus alumnos se interesen por la lectura, como descubrió el Profesor Alejandro Álvarez. Por si les suenan las onomatopeyas que mencioné al principio, es el título del tema central de un disco de Roxette.  


Contanos sobre tu formación y cómo nació tu amor por el cómic. 

Cuando terminé el secundario y ante la negativa de mis padres por el estudio filosófico ante la premisa… “te vas a morir de hambre como los docentes”…  lo único que tenía claro era que la docencia no era un espacio a ocupar profesionalmente… hoy a mis 36 años y con 14 años de docencia encima descubro día a día la pasión por enseñar. En cuanto a mi formación académica, soy profesor de historia, de lengua y literatura, de ciencias sagradas (educación religiosa), un tengo postítulo en antropología y dos carreras más iniciadas e inconclusas en mi saldo (psicología y filosofía). La educación y la formación continua forman parte de mi día a día, al igual que el tiempo que suelo apartar para otros hobbies o actividades que me apasionan, una de ellas obviamente… la lectura. 

¿Cómo nació mi amor por los comics? Como toda relación humana tuvo más idas y vueltas que noviazgo adolescente, inició de pequeño con comics de superhéroes que lograba comprar usados de una librería muy conocida aquí en Tucumán y que con los ahorros semanales del dinero que recibía diariamente para el colegio me permitían darme el festín de compras que por $4 pesos pudiera alcanzar en los saldos de usados en los 90. La adolescencia marcó un enfriamiento y un paulatino distanciamiento en la relación, que como el fénix resurgió de sus cenizas ya en la adultez, habiendo adquirido no sola la independencia afectiva de mis padres sino, más importante aún, la económica. 
 

 ¿Qué es lo que te llevó a usar al cómic como una herramienta pedagógica?

 Enseñar y aprender es una misión que requiere esencialmente de dos personas verdaderamente dispuestas y comprometidas a hacerlo, ya que la enseñanza no garantiza el aprendizaje, por eso se vuelve cada vez más necesario estimular en los jóvenes el deseo de aprender, partiendo muchas veces, de sus intereses y gustos personales. La novedad, la diversidad dentro de un aula… es siempre motivo de interés.  


 ¿Además de profundizar en el contexto y las intenciones del artista, en qué más se enfocan a la hora de estudiar los cómics?

Siempre hay que tener en cuenta que el cómic es una herramienta de aprendizaje y, por ende, un punto de partida no de llegada. El cine, la literatura, la música y las historietas, son recursos muy útiles que nos permiten acercar el aprendizaje a los chicos. Personalmente cuando los utilizo siempre pondero el guion y sus posibles análisis futuros junto al contexto de producción de la obra. Pareciera inaudito pensar en vinculaciones posibles entre contenidos curriculares e historias de superhéroes o novelas gráficas, pero, por el contrario, a medida que pasan los años me resulta imposible no hacerlo. Imposible no entender las consecuencias del Crack del 29 y la Gran Depresión junto a un Batman que en sus orígenes, se encargaba de limpiar los bajos fondos de la gran ciudad y transmitía un mensaje de seguridad a una población golpeada por la crisis financiera, la Ley Seca, la mafia y los inauditos índices de criminalidad. Cómo no aprovechar la Guerra Fría, el miedo a los soviéticos, los agentes de la KGB y de la CIA, para introducir a la Viuda Negra (espía soviética) o trabajar el movimiento por los derechos civiles de los 60 que denunciaba el odio, el racismo y la intolerancia hacia lo diferente desde los X-Men. Los cómics y su riqueza analítica nos permiten esto y mucho más, cuando inclusive nos animamos a trabajar obras maestras como “Maus” de Art Spigelman, la cual es sin dudas una de las reflexiones más profundas no sólo sobre el Holocausto, sino sobre la tarea de sobrevivir a esta experiencia tan encarnada en nuestra historia universal.   


¿Qué aceptación tiene esta nueva metodología de enseñanza entre tus alumnos?

Siempre trato de innovar y llevar nuevas propuestas al aula. Años anteriores la gamificación (llevar el juego al aula) me dió excelentes resultados, pero siempre la aceptación es variable en función a los grupos. Claro está que la novedad es siempre bien recibida y al ser propuestas cercanas a sus intereses el enganche se da naturalmente (cuesta un poco más con las chicas eso sí, ¡jajaja!). Al principio la reacción habitual es la sorpresa por parte del alumnado y el desconcierto ante la implementación de estás temáticas con los contenidos curriculares de “la escuela”. Luego aparece la curiosidad (fundamental para que exista el deseo de aprender) que bien guiada lleva a entender la vinculación entre ambos mundos, el escolar y aquel que les resulta ajeno a la institución educativa (aún más llamativa es la reacción de algunos adultos jajaja) Una vez que se entiende y asimila la novedad de repensar estos elementos ajenos (historietas) a la cultura escolar como parte de la metodología de la investigación para la materia, la maquinaria del aprendizaje se pone en funcionamiento y los resultados suelen ser muy prometedores. 


¿Cuáles son las historietas preferidas de tus alumnos?

Creo que desafortunadamente esta pregunta está íntimamente vinculada al contexto nacional y económico que atravesamos. La lectura de por sí, resulta hoy un reducto o un espacio al cual los jóvenes ya no acuden como antaño y el ámbito de los comics debido a su elevado precio impide aún más su proximidad a ellos, a pesar de que el formato digital y la lectura online permiten sortear dichos obstáculos. Más allá de esto, he podido constatar que la historieta nacional y las tiras humorísticas suelen ser las lecturas más frecuentadas junto a las clásicas historias de superhéroes. Quino y “Mafalda” se encuentran siempre presentes en el podio junto a “El Eternauta” de Oesterheld. Esto demuestra su grandeza al resistir el paso del tiempo estoicamente. Claro está todos ellos acompañados de los clásicos superhéroes de Marvel que debido a la explosión de su universo cinematográfico han vuelta a captar la atención de los más chicos… y los no tan chicos.


Para finalizar, recomendanos algunos cómics que ofrezcan esa posibilidad de análisis 

Creo que el análisis no depende necesariamente de una obra en sí sino de las condiciones y aptitudes del lector, podemos leer a Superman como la representación de un inmigrante en un contexto que lo repele y no lo comprende (sus creadores fueron dos jóvenes judíos viviendo en Norteamérica en pleno crack financiero de la bolsa en 1929) o al Capitán América como la justificación estadounidense para sus políticas imperialistas en el ingreso a la 2º Guerra Mundial.  
Siempre sostuve que las grandes obras son también deconstruidas y reconstruidas por su receptor a pesar de los esfuerzos realizados por su emisor. Mas allá de esto, claro está que, hay obras que por su calidad permiten una profundidad analítica como pocas otras. Como recomendaciones, más bien diría yo lecturas indispensables, “Killing Joke” de Alan Moore explota en contenido psicológico; “V de Vendetta” permite adentrarnos en el contenido político desde un ámbito tan distante pero cercano como son los comics; Watchmen que redescubre la forma de narrar y contar historias de superhéroes; casi toda la obra de Frank Miller es merecedora de estar dentro de cualquier recomendación y obviamente la genialidad de “Sandman” de Neil Gaiman no pueden faltar. 
Saliendo de lo mainstream,  “El Eternauta” de Oesterheld, “From Hell” de Moore, “Maus” de Art Spigelman, “Persepolis” de Marjane Satrapi y la mayoría de obras de Daniel Clowes son lecturas que debemos tener en nuestro haber. 

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