Cuatro ases de Dc Cómics
Es muy
común escuchar a los fanáticos del noveno arte quejarse de la editorial ECC Sudamérica (El Catálogo del Cómic)
por el material que publica. Más allá de las series actuales que aparecen muy
cada tanto, comenzaron a optar por algunos clásicos contemporáneos que se
reeditan hasta el cansancio. De todas formas, si hay tantas ediciones de esas
obras es por algo y, por ende, estos libros deben estar en sus bibliotecas.
Kingdom Come: A mediados de los
noventa, el ilustrador Alex Ross
sorprendió con su estilo hiperrealista en la miniserie Marvels, lo que le
confirió el rol de estrella. Si bien su talento le permitía esa comodidad de
otros dibujantes como Jim Lee de
prescindir del guion, Ross siempre apuntó a que sus obras tengan una base
argumental fuerte y contenido comiquero relevante. Si Marvels representaba el
amanecer del universo Marvel y fue un canto al súper héroe, Kingdom come era el ocaso. El guionista Mark Waid supo ir más allá de la
crítica a los súper héroes violentos de los noventa y explorar la naturaleza
del ser humano en medio de esa lucha de ideologías superheróicas. Kingdom Come
es una obra cúspide en cuanto a guion y dibujo, que seguro les va a dejar una
estela después de que la lean.
Justicia: Si consiguen un cómic de
la Liga de la Justicia de los sesenta o setenta, van a sorprenderse por la
cantidad de ideas y de villanos coloridos que poblaban esas viñetas. Es cierto,
la narrativa es un tanto arcaica para los estándares actuales, pero la
influencia de estos cómics es tan importante, que hoy vemos muchos elementos de
estas historietas actualizados. A veces la nostalgia gana y los autores encuentran
alguna forma de revivir esa liga con nuevas historias, como fue el caso de Mark Waid y Barry Kinston con JLA Year One,
o de los señores Alex Ross y Jim Krueger en Justice. A nivel gráfico vuelve a imperar el hiperrealismo al que
nos tiene acostumbrados Ross, pero con una mucho mejor narrativa. También hay
escenas muy épicas a lo Jack Kirby y ángulos muy interesantes. Es decir, si
compran cómics solamente por el dibujo, esta es una gran opción. Justice sin
embargo, es una sorpresa en cuanto a guion. Podría haberse quedado en la
nostalgia y lo clásico, pero con un solo elemento logran darle una madurez muy
interesante a la historia y también, giros muy interesantes aunque esperables
si conocen a los personajes, sin dejar nunca de lado lo colorido y divertido de
los cómics clásicos. Justice es guiño con clase al pasado y a la nostalgia.
JLA - Crisis de Identidad:
Uno de los asesinatos más brutales del universo Dc, el de Sue Dibny, sirvió
para mostrar lo más oscuro de los héroes y los villanos. Por suerte, cada
tanto, autores como Brad Meltzer se
acuerdan de que los súper héroes también son humanos. Esto significa que
cometen errores y a veces toman decisiones que destruyen la moralidad que se
espera de ellos. Hay otro elemento del que se agarra Meltzer para explorar esta
dualidad moral, y es la peligrosidad de los súper villanos. Si los héroes no
matan, entonces tienen que frenarlos de otras formas. También hay muchas
peleas, inteligentes y violentas, que Rag
Morales ilustra con mucho dinamismo, pero este es un cómic con mucho peso
dramático y psicológico. Y es aquí donde está la magia de este cómic. Si les
gustan las historias más adultas y duras, esta debe ser su elección.
All-Star Superman: Grant Morrison es un gran guionista
cuando se aleja de los delirios y las historias pretenciosas. Así nos
sorprendió con Animal Man, Multiversity y The Invisibles. No cualquiera está a la altura de su imaginación y
muchos dibujantes sufren frente a los guiones de Morrison. Cuando a Frank Quitely le toca esa labor, sus
talentos se potencian. Él es capaz de ilustrar cada uno de sus caprichos y
mejorarlos, como vimos en We3, Flex Mentallo y por supuesto All-Star Superman. Este cómic trata
sobre la muerte del kriptoniano, pero no desde ese punto de vista banal y
pochoclero que vimos en La Muerte de
Superman de los noventa. Aquí vemos al héroe máximo luchando contra la idea
de esa muerte cercana e inevitable pero, a su vez, busca dejar un legado.
Después de todo, es prácticamente un dios, cosa que Morrison comprende. Así
juega con el concepto de las pruebas de Hércules, para demostrarnos además, que
nunca dejó de lado las enseñanzas de Martha Clark y Jonathan Kent que lo ligan a ese entorno al que ama y al
mundo al que inspira. En All Star Superman, la grandeza va por lo humano,
porque en cada una de las proezas está presente la necesidad de dejar un legado
e intentar mejorar el mundo. Justamente lo que nos muestra Morrison, es que no
importan los poderes, sino la grandeza del ser y eso le sobra a Superman. All Star Superman es una oda al súper héroe
que nos recuerda que la mayor fortaleza está en ser humanos.